Las nuevas medidas de seguridad con las que deben de contar los establecimientos que vendan alcohol en envase abierto, deben tomar en cuenta el giro y tamaño de los establecimientos y no ser uniforme para todos, consideró Carlos Benítez, quien es socio de una cervecería local.
“Estas (medidas) son positivas, pero no todos son iguales, entonces deberían ser específicas para cada establecimiento, porque no es lo mismo un antro a un café”, dijo.
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Las nuevas disposiciones dictan que todos los bares, antros y cafés que venden alcohol, deberán contar con cámaras de videovigilancia en todos los accesos, así como detectores de metal y botones de pánico.
Estas forman parte de las reformas a la Ley de Alcoholes del estado y fueron aprobadas el pasado viernes 28 de abril por el Congreso local.
Los establecimientos también deberán contratar guardias de seguridad, quienes deben ser capacitados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California (SSCBC), lo cual implica un gasto extra para locales pequeños, consideró Benítez.
“En los cafés o restaurantes donde también vendemos cerveza, no creemos que sea necesario colocar detectores de metal o guardias, es un lugar familiar y la gente no solo va a consumir alcohol”, dijo.
La iniciativa fue presentada por la diputada Michelle Sánchez Allende, tras la desaparición de tres jóvenes en un centro nocturno de Mexicali.
Hasta el momento, las reformas no han sido publicadas en el Periódico Oficial del Estado, por lo que no ha entrado en vigor y una vez que esto suceda, los establecimientos contarán con 90 días para realizar acatarlas.