Una de las debilidades de la política migratoria mexicana desde hace muchos años es que el país no está preparado para recibir a migrantes deportados, de acuerdo con Víctor Alejandro Espinoza Valle, presidente del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
“Ha estado muy centrada en mexicanos, pero los deportados que también echan por la frontera no sólo son mexicanos, son de distintas nacionalidades, ha incrementado muchísimo en los flujos migratorios la presencia de otras nacionalidades”, añadió.
Espinoza Valle mencionó que los cambios en las políticas migratorias deben tomar en cuenta a los flujos migratorios que provienen de otros países y no solamente las personas que llegan al país desde la frontera sur.
“De otros países como africanos y Asia, que están llegando de otros países. Esto se tiene que ver reflejado en una política”, dijo.
Además, la nueva política migratoria debe considerar la protección a mujeres y niños no acompañados, así como la atención a deportados y refugiados.
“También las violaciones a derechos humanos, se ha complejizado y una ley lo tiene que contemplar”, agregó.
El miércoles 5 de junio entró en vigor la orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que consiste en la deportación inmediata a las personas en contexto de movilidad cruzan la frontera de manera irregular.
La nueva medida migratoria indica que las deportaciones inmediatas terminarán cuando el número de cruces ilegales sea menor a mil 500 diarios.
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Del 5 al 11 de junio, fueron aprehendidos siete mil 693 migrantes de 71 diferentes nacionalidades que cruzaron la frontera de manera irregular tan solo por el sector San Diego, mil 282 personas en promedio por día, de acuerdo con información de Patricia MacGurk Daniel, jefa de la Patrulla Fronteriza en ese sector.
Pero hasta el momento el número de deportados no ha incrementado, según declaraciones de Jesús Alejandro Ruiz Uribe, delegado federal en Baja California, quien también mencionó que las autoridades federales no cuentan con un plan para un posible aumento de migrantes retornados en las ciudades fronterizas.
“No estamos sufriendo en este momento ningún pico como lo sufrimos en otros momentos (...) Seremos precavidos en el tema, si el gobierno federal tuviera necesidad de abrir otro centro lo abrimos”, dijo el pasado lunes 17 de junio.
Sobre las declaraciones de Ruíz Uribe, el presidente del Colef mencionó que la contabilización de personas indocumentadas es difícil, por lo que es difícil determinar qué ha sucedido con los migrantes deportados.
“De alguna manera están pasando a ser indocumentados en nuestro país, y los indocumentados de allá o aquí son más difíciles de contabilizar. Si hay un cierre de la frontera y los flujos continúan deben estar en algún lugar”, finalizó.
