Tijuana.- En una situación de incertidumbre y desesperación, Jessica López Campos necesitaba llevar a su hija a un centro de salud, pues la pequeña Diana Carolina de apenas ocho años de edad tenía temperatura, salía sangre de su nariz y también vomitaba sangre.
Junto a su esposo y otros cinco niños, huyendo de la violencia del crimen organizado en Michoacán, no sabía dónde atender a su hija. Acudió a un hospital privado, pero no recibió atención.
“Vieron cómo la tenía, me dijeron que la niña estaba muy mal, la pasaron. Después miraron que tenía temperatura, me dijeron que esperaban a otra persona que llevaría a su hijo, si no llegaba me atenderían. La recepcionista recibió llamadas por teléfono y posteriormente sacaron a mi niña”, mencionó.
Al ver que el estado de salud de su hija no mejoraba decidió llevarla a la Cruz Roja, pero la pequeña comenzó a toser y su temperatura corporal aumentó.
“Nos indicaron que esperáramos afuera. Mi niña estaba en una silla muy enferma y no hicieron nada para ayudarla”, expresó.
Jessica García Gutiérrez, otra migrante de Michoacán que compartía albergue con López Campos tiene un hijo de siete años con diabetes.
Mencionó que no puede darle a su hijo una alimentación adecuada para enfrentar su padecimiento. Y al igual que Diana Carolina, su pequeño requirió de atención médica.
“Le inyecto insulina y es de por vida, utiliza dos insulinas distintas, por las condiciones en la que estoy no lo estoy cuidando bien del todo. Se puso muy mal una noche, comenzó vomitar, traía el azúcar muy alta, le aplique la insulina, pero aun así continuaba vomitando, temprano nos fuimos a una clínica de especialistas, pero no nos atendieron”, agregó.
García Gutiérrez acudió al hospital junto a Jessica López (ambos nombres fueron modificados por cuestiones de seguridad), pues sus hijos necesitaban atención al mismo tiempo, pero ninguno de ellos fue atendido de manera adecuada, mencionaron.
“Necesitábamos papeles, venimos por el acta de nacimiento del niño, pero resulta que había lugar lleno (...) Prácticamente nos despreciaron, los niños estaban tirados afuera”, detalló García Gutiérrez.
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¿DÓNDE PUEDEN RECIBIR ATENCIÓN MÉDICA?
Karen Ortega Guzmán, coordinadora del Programa de Extensión de Cobertura en la Jurisdicción Sanitaria número 2, afirmó que los migrantes que llegan a la ciudad pueden recibir atención médica si así lo requieren.
“Generalmente estos migrantes viven en casas migrantes o en albergues migrantes, ahí hay un coordinador o un pastor. Los afectados deben dirigirse con ellos, se contactan con nosotros”, mencionó la coordinadora.
Dijo que buscan acercar los servicios de salud a los refugios y en otros casos indican al albergue dónde pueden acudir los migrantes para recibir atención.
“Muchas veces no nos damos cuenta de lo que pasa en los hospitales, pero las conexiones con los pastores o directores, ellos tienen la manera de comunicarse con nosotros”, puntualizó.
Ortega Guzmán destacó que las enfermedades más recurrentes que atienden en los migrantes que llegan a Tijuana dependen de la temporada del año y las condiciones climatológicas.
La atención en los hospitales debe ser gratuita, así como el medicamento, pero el seguimiento médico con los migrantes en algunas ocasiones es complicado.
“Como son migrantes a veces a la siguiente semana ya no está ese migrante; tratamos de cubrir todo el tratamiento”, agregó.
La coordinadora del Programa de Extensión mencionó que su dependencia intenta cubrir la mayor parte de los albergues, pero esto no se puede realizar todos los días debido al número de personal con el que cuenta.
Durante la temporada invernal y ante la pandemia de Covid-19, Ortega Guzmán concluyó mencionando que en algunos albergues aplicaron las vacunas contra influenza y Covid-19.