Migrantes continúan huyendo de violencia

“Carlos” y su familia se vieron obligados a huir de El Salvador por las amenazas de las “Maras”

  · lunes 6 de mayo de 2019

Foto: Ángeles García

Crisstian Villicaña

Tijuana.- Pareciera ser una historia que no cesa y se repite, familias desplazadas de El Salvador a causa de la violencia que ejercen las pandillas. A "Carlos", su esposa y su pequeño hijo les tocó ser parte de esto, obligándolos a salir huyendo hasta llegar a Tijuana, en donde han encontrado refugio en la Casa del Migrante y en la Casa de la Madre Assunta, respectivamente.

"Carlos", nos platica que era taxista y como muchos salvadoreños su vida se podría decir que era normal, como él mismo lo dice; sin embargo, su rutina y la de su familia se vio interrumpida por las amenazas que comenzaron hacerle miembros de las "Maras".

"La verdad me vine por problemas, como era taxista me querían obligar a andar 'jalando' (trasladando) pandillas y me negué a eso. Me sentenciaron que me iban a matar a mí y mi familia, y me vine".

La protección de la policía, nos narró, es poca y en muchas ocasiones los elementos de seguridad están coludidos con los pandilleros. "El problema es que a veces los mismos policías tienen familiares que andan en pandillas y entre ellos mismos se cuidan, aun así yo puse la denuncia para prevenirme, antes no daban papel cuando denunciabas, ahorita tuve que pagar abogado para poder sacar ese papel firmado por la policía y el fiscal".

Dicha denuncia que espera llegue desde El Salvador, es clave para las intenciones que tiene, cruzar a los Estados Unidos a través de la obtención de asilo, mientras, llevan once días en la ciudad, esperando también su turno en el Garita del Chaparral, lo cual nos dice que sería en cuatros semanas.

"Ya tenemos número, nos toca el 2 mil 863, una larga fila que hay, me dijeron que me tengo que ir en cinco o seis semanas y ya llevo dos, mientras estoy trabajando como guardia de seguridad", narró.

Para finalizar, nos dijo que espera que por lo menos su esposa e hijo encuentren el asilo, él por su parte, no ve inconveniente en quedarse a radicar en Tijuana; mientras tanto, siguen llegando familias a diario con la misma historia, una de violencia que los aleja de sus lugares de origen.