Bajo el faro ubicado en Playas de Tijuana, en el último lugar de la ciudad fronteriza, al finalizar una celebración religiosa y mientras se llevaba a cabo una posada organizada por la iglesia fronteriza o Border Church (en inglés), Tania García, migrante proveniente de El Salvador, mencionó que el regreso del programa “Quédate en México” o Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), aumenta el riesgo que vive ella junto a sus connacionales.
“A mi no me parece, aquí corremos peligro, no estamos bien, siempre corremos peligro (...) Mi meta es que me den la oportunidad a uno de cruzar a Estados Unidos, pero aquí corremos el mismo peligro que en nuestro país, no nos sentimos bien aquí, esperamos a que nos ayuden”, explicó.
La migrante proveniente de El Salvador huyó de su país debido a los problemas de violencia e inseguridad, dicha situación le quitó la vida a uno de sus hijos, por lo que decidió venir a México con su único hijo de 19 años, ella tiene 39.
“Llevo un año aquí en Tijuana y estuve un año allá en Tapachula (...) Huí porque corro peligro, nos pueden matar. Allá mataron a un hijo y no quiero perder otro”, expresó.
Tania García agregó que algunas personas que se dedican a delinquir en El Salvador, también han llegado a la ciudad de Tijuana.
“No me siento bien aquí, viene gente de la que uno viene huyendo, vienen detrás de uno, yo no me siento segura. Vengo del centro de San Salvador, la capital (...) No me han tratado muy bien Tijuana, nos denigran, uno no se siente agusto, por unas personas a uno lo ven mal, porque uno paga lo que hace otra gente”, finalizó.
Margarita Idalia Jandres, también migrante proveniente de El Salvador, mencionó las dificultades que implica para ella y sus hijos que el programa MPP entre de nuevo en vigor a partir de este lunes.
“La verdad se me hace muy mal y complicado, corremos peligro y no estamos bien, por eso me parece injusto esperar de este lado (...) Tijuana no nos ha tratado tan bien, pero ahí vamos echándole ganas, solo estoy yo con mi niño de ocho meses, mi niña de cuatro años y mi otra niña de 12 años”, mencionó.
Jandres, indicó que abandonó su país debido a las pandillas, pues estas obligan a los ciudadanos a unirse a sus filas después de numerosas amenazas. La madre de tres hijos aún no ha solicitado asilo en los Estados Unidos.
“Todavía no, en eso ando para pedir asilo, viví dos años en Tapachula y en Tijuana tengo ocho meses. Es un problema esperar de este lado, corremos peligro y estamos sufriendo, andamos con mucho temor porque quieren secuestrar a los niños”, finalizó.