Diferentes puntos de la ciudad no cuentan o están “más o menos” bien en cuestión de banquetas inclusivas, aseguró Elizabeth Hensley Chaney, presidenta de Alianza por la Movilidad Activa (Amac).
Hensley Chaney afirmó que el porcentaje promedio de vialidades sin rampas para personas con discapacidad es de 94.6%, es decir que sólo el 5.4% las tiene.
Apuntó que la banqueta es vital para las personas con o sin alguna discapacidad motriz o visual, sin embargo, otros requieren de señalamientos, sistemas de signos, semáforo con sonido, entre otros para agilizar su movilidad limitada.
Destacó que actualmente existen programas de vialidad inclusiva que han sido impulsados por la regidora Gina Arana, de la Comisión de Vialidad y Movilidad Urbana, mediante la iniciativa para la reconstrucción de banqueta del bulevar Díaz Ordaz en conjunto con los elementos de accesibilidad universal.
Indicó que está enfocada en el tema de la inclusión, qué tipo de elementos se deben contemplar para facilitar el movimiento de todas las personas de la ciudad, porque es posible que algún día tengamos una discapacidad o limitación visual o motriz.
La infraestructura de movilidad peatonal inclusiva es mínima en la ciudad, al no contar con suficientes rampas para banquetas, semáforos “pajarito” y el piso táctil, comentó el coordinador de Movilidad de la Compañías Mexicanas de la Industria de la Construcción Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito (Comice TRR), José Humberto Félix.
“Se requiere mucho más, se habla de programas, de implementar rampas, que sí se están haciendo, pero tenemos una gran falla en la parte peatonal donde se debe de hacer una reconstrucción total ”, expresó.
LA COMUNIDAD INVIDENTE SE ADECUA AL ENTORNO SOCIAL
Juan Carlos Moreno Zúñiga, originario de Tijuana, relató que en el 2006 perdió la visión debido a la enfermedad óptica que ataca el nervio de los ojos, conocida como glaucoma.
Moreno Zúñiga comenzó a laborar en el Palacio Municipal en 2008 y se encarga de dar información, orientación y apoya en el desplazamiento de otras personas con alguna condición motriz o visual para que realicen sus trámites.
Yo perdí la vista cuando tenía 33 años, trabajaba en la delegación municipal de Otay que ahora es subdelegación. Hace 17 años que trabajo en el Ayuntamiento
Explicó que al principio fue complicado, al no poder trasladarse de un lugar a otro fácilmente, tropezarse con bultos y encontrar la forma de reconocer, de manera táctil, los espacios que visita frecuentemente.
“Fue un golpe pensar que cambiaría mi vida de un día para otro, fue muy difícil y luego tuve que aprender a caminar y escribir”, comentó.
Señaló que la ceguera no es una condición que le impida seguir con su rutina laboral o personal. Consideró que tuvo la oportunidad de relacionarse con la comunidad invidente.
Dijo que además de laborar como orientador, también realiza tres actividades deportivas, una de ellas es el senderismo, el cual practica en sus tiempos libres junto con su familia y amigos.
DEMASIADO TARDE PARA REALIZAR CAMBIOS EN INFRAESTRUCTURA
De acuerdo con Juan Carlos, en Tijuana hay servicios que ya son obsoletos e innecesarios como los teléfonos públicos, porque solo estorban el camino del discapacitado visual.
“Creo que ya es demasiado tarde, antes en cada esquina había teléfonos, ahora tenemos que moverlos todos, retirar postes que se atraviesan, árboles en medio de las banquetas y crear muchas rampas”, dijo.
Señaló que es más factible que la comunidad invidente se adapte al entorno de la sociedad y a la manera en que está construida la ciudad, a que la ciudad se adecue a la forma de vivir de las personas que tienen alguna discapacidad.
“La inclusión que está tan de moda es más de que yo me sienta parte de un todo, pero otros me ven chiquito y yo los siento grandes, eso no debe de pasar, para eso es la inclusión”, dijo.
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Destacó que la huella portátil o “braille” es una herramienta indispensable para la comunidad, porque facilita llegar al destino del peatón además de caminar con mayor confianza y seguridad.
“El piso táctil te va indicando a qué punto puede llegar, te dirigen al baño, si vas para Registro civil o la caseta de información, es sencillo para uno”, comentó.
Sin embargo, aseguró que sería más favorable que las personas no obstaculicen el braille para no sentirse obligados a pedirles que se muevan cada vez que se dirigen a un destino.