Tijuana.- Alondra Vianey Torres tiene ocho años, su mamá Victoria Serrano le dijo que la esperara en las escaleras del Palacio Municipal y que no hablara con nadie, tenía que hacer un trámite.
“Me da miedo, pero mi mama no tiene dónde dejarme y la tengo que esperar aquí, dijo que no me moviera”.
A la niña no le permitieron el acceso para evitar contagio del coronavirus, a lo lejos y sin acercarse a Alondra, otras mujeres observaban que no se la llevara una persona desconocida, dicen que se solidarizan con otras mujeres sin conocerlas.
“Estamos al pendiente porque es preocupante por la situación que estamos pasando, viviendo, estamos cuidando a una niñita que estaba solita, para que no se la lleve un desconocido”, dijo la señora Laura Elena Loera.
La madre de Alondra dice que le da coraje que no le permitan el acceso a la niña y que las autoridades consideran que los niños son más peligrosos por portar el virus, y paradójicamente a los bares de Tijuana les permiten operar.
La señora Victoria Serrano considera que los bares son más peligrosos de contagios, pues no es actividad de primera necesidad.
“No, me dijeron que no podía entrar por la contingencia. Sí me da coraje porque no la puede dejar sola, me da miedo que alguien se la lleve”.
Pese a que el sector salud anunció que deberían permitirles el acceso a niños en espacios públicos desde el pasado 28 de septiembre, cuando cambió a naranja el semáforo del Covid-19, es una medida que no es aplicada en las oficinas de gobierno y los supermercados.
La restricción sanitaria ha generado descontento entre madres de familia, pues aseguran que es incongruente que los menores sean discriminados como portadores del virus y los bares están abiertos sin respetar las medidas sanitarias.
Desde hace ocho meses que llegó la pandemia del coronavirus a Baja California, las madres de familia enfrentan este problema, y es que los niños continúan siendo rechazados y no les permiten el ingreso a oficinas de gobierno y tiendas de supermercados.