Los jóvenes son más susceptibles a presentar trastornos alimenticios, consideró la psiquiatra del Hospital de Salud Mental de Tijuana (HSMT), Diana Casas.
“Usualmente es en los niños y adolescentes, principalmente en los adolescentes, ¿por qué?, porque van a esa etapa de ¿quién soy? Y ¿a donde pertenezco y sobre todo porque tienen que permanecer en algún lugar”, declaró.
La responsable del área de hospitalización de niños y adolescentes explicó que debido a que permanecen en un grupo social, es común este tipo de trastornos.
Dijo que el problema ocurre cuando los adolescentes se obsesionan con los alimentos saludables que no estén procesados, para evitar subir de peso o talla.
“Esto puede ser algo esperado o ideal para todas las personas, el problema es cuando se vuelve una obsesión cuando ya restringen gran cantidad de alimentos por consumir los sanos o ellos consideran que lo son”, expresó.
En ese sentido, mencionó que esto provoca trastornos como ansiedad, depresión y estrés, debido a la forma como se alimentan.
Señaló que uno de los trastornos alimenticios más frecuentes es la vigorexia, donde los jóvenes tienen una percepción distorsionada de su imagen corporal.
“Es esta preocupación de imagen corporal donde la persona se ve muy delgada y cree que le hace falta más corporal pero realmente si la tiene, al tal grado de hacer muchas horas en el gimnasio y consumir productos para subir de peso”, indicó.
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Comentó que estas “dietas restrictivas” se deben al contenido que consumen los jóvenes en las redes sociales, pues al estar en la etapa de desarrollo se apegan a lo que observan a través de las plataformas digitales.
“Sí es bueno hacer ejercicio, pero hasta dónde puede ser una obsesión que estamos aferrados a estar tantas horas en el gimnasio o viajo de dos a tres horas para conseguir mis alimentos que considero que son los más sanos”, detalló.