Tijuana.- En la última etapa de su vida, el Centro del Anciano da refugio, felicidad y una vida digna a los adultos mayores en condición vulnerable de la ciudad.

En más de cinco décadas, este espacio ha beneficiado a más de cinco mil personas de la tercera edad, que por una u otra razón, fueron abandonados por sus seres queridos.

Denisse Carrizoza, coordinadora institucional del Centro del Anciano, habló con El Sol de Tijuana, sobre la labor que se realiza en este espacio.

¿Cómo nació el centro del anciano?

Gracias a la generosidad y unión de ideales por ayudar al prójimo, Don Baraquiel Fimbres, apoyado por la comunidad en 1968, inauguran el Centro del Anciano en Tijuana, organización de beneficencia. Su sueño fue que en Tijuana hubiera un hogar para los abuelitos que no tienen familia y están desamparados; un lugar donde los ancianitos tuvieran la oportunidad de vivir sus últimos días de manera digna y humana.

Durante más de cinco décadas esta noble institución ha albergado alrededor de cinco mil abuelitos, logrando así, no solo cumplir su misión y el sueño de su fundador; sino perpetuar un legado de amor y generosidad en nuestra ciudad.

¿A qué retos se enfrentan como institución y refugio de personas de la tercera edad?

Como todas las instituciones sin fines de lucro, conseguir los ingresos económicos es el reto presente los 365 días del año. Sin embargo, creo que lo más difícil de enfrentar la falta de empatía y poca sensibilidad ante la problemática que enfrenta el adulto mayor.

Ellos ocupan mucha atención y asistencia médica, dejan de ser autosuficientes y conforme los años pasan su condición empeora, son vulnerables en todos los sentidos; sufren de depresión y demencia. Pero eso no significa que no puedan vivir sus últimos días felices y dignamente; no importa si es un año o 10 o 15 años el tiempo que les reste; todos merecemos vivir una vejez digna.

¿Cómo llegan los adultos mayores al centro?

En la mayoría de los casos son traídos por vecino o amigos que cuidan de ellos o los ayudan dentro de sus posibilidades, algunos otros abuelitos son canalizados por las instituciones públicas, también es muy común los casos de los abuelitos que fueron empleados y son cuidados por sus patrones hasta donde les es posible, pero cuando los abuelitos necesitan más atención y cuidados los traen al Centro.

Es importante mencionar que hay un proceso para ingresar a un abuelito, se hace una entrevista inicial, una evaluación médica y estudio socioeconómico para asegurarnos de que el caso cumpla con el perfil, una vez ingresado los abuelitos tienen un hogar y todas las atenciones necesarias sin ninguna cuota y por tiempo indefinido.

¿De qué forma financian la operación del espacio?

El Centro del Anciano continúa con su labor gracias a la generosidad y buena voluntad de la ciudadanía, asociaciones y empresas de la región. Recibimos donativos en especie, realizamos eventos y actividades para recaudar donativo en efectivo para cubrir los gastos operativos y de mantenimiento del Centro. También contamos con programas fijos de adopción de abuelitos y voluntariado. Hay muchas formas de ayudar.

Las familias de los adultos mayores ¿los visitan?

Son pocos los abuelos que tienen familia y todos los casos son familia lejana, si los visitan, también sus amigos, pero honestamente la mayoría de las visitas son de voluntarios, grupos organizados, familias y empresas que desean compartir tiempo con ellos.

Llevan alimentos para compartir, hacen actividades, los escuchan y en verdad los hacen felices. Lamentablemente por la pandemia dejamos de recibir visitas durante casi dos años, pero poco a poco estamos retomando las visitas, con todas las medidas y con grupos más reducidos.

¿Cuáles son las principales necesidades que tienen y cómo puede ayudar la sociedad?

Siempre hay necesidades en el Centro del Anciano, pueden sumarse haciendo un donativo en especie desde los más básicos alimentos todos aquellos que ustedes consumen en casa; desde especies, galletas, café, frutas y verduras. Por ejemplo, siempre tenemos escasez de productos de limpieza y los productos de higiene como rastrillos, shampoo, papel higiénico.

Los medicamentos siempre son necesarios y no llegan de manera tan constante; para la presión, diabetes y otros padecimientos propios de la edad. También pueden seguirnos en redes sociales como Centro del Anciano y participar en los eventos y actividades de recaudación de fondos, por ejemplo nuestra carrera anual.

Para ustedes que trabajan ahí, ¿cuál es la mayor enseñanza con la que se han quedado?

Cada día de trabajo es de enseñanza para nosotros, sin duda alguna la importancia de la empatía y la paciencia ha sido la enseñanza más grande; valorar su edad, lo importante que son para ellos los pequeños detalles, ellos solo quieren ser escuchados, no necesitan grandes lujos para ser felices, un detalle, un abrazo, una broma, una rica comida; esos pequeños detalles de la vida es lo que ellos valoran y es una gran lección para todos.