/ sábado 22 de junio de 2019

Operan anexos de forma ilegal

No han sido visitados por autoridades sanitarias, por ende no cuentan con la certeza se ofrecen tratamientos adecuados

Antonio Maya

Tijuana.- Al menos dos centros de rehabilitación operan de manera irregular en Tijuana, según información vertida por el subdirector del Programa de Vinculación y Control de Adicciones del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California (Ipebc), Edgar Germán Cosgaya Burgoin.

Los centros operan de manera ilegal debido a que las autoridades no cuentan con la certeza de que en dichos lugares se ofrecen tratamientos adecuados para que el paciente pueda dejar la adicción a las drogas o al alcohol.

Aunque no precisó la ubicación ni el tiempo que llevan operando esos dos establecimientos. Comentó que esos lugares no han sido visitados por las autoridades sanitarias debido a que no tienen la ubicación precisa de uno de ellos, mientras la información del otro centro de rehabilitación se generó a penas en estos días.

“Si. Hemos detectado establecimientos que operan de manera clandestina sin ningún permiso de la autoridad sanitaria, sin ningún documento que avale el trabajo, entonces lo que hacemos en esos casos es solicitarle que nos permitan realizar una visita”.

Asimismo dijo que en caso de que los directivos del centro de rehabilitación se niegan a que se realice una supervisión y se detecta “alguna situación que ponga en riesgo la integridad de los pacientes o que no cumplan con la normatividad”, se levanta un reporte en la dirección contra riesgo sanitario de la Secretaría de Salud ya que ellos son “el ente que puede ejercer medidas sanitarias y esas medidas pueden (...) desde una suspensión de labores o una clausura del establecimiento”.

Señaló que hay un establecimiento más que trabaja de manera irregular y el cual ya fue visitado, pero el personal de salud no encontró una “situación de riesgo” en el interior del negocio. De tal manera que el director de ese lugar buscará tramitar la documentación para operar de manera legal.

Según el mismo Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California, en esta frontera hay 97 establecimientos que ofrecen rehabilitar a personas con adicciones, de los cuales solo 65 cuentan con una mayor calificación que los demás en cuanto al cumplimiento de las normas.

Cosgaya Burgoin mencionó que en esos lugares realizan visitas periódicas en las que evalúan la infraestructura del inmueble, el personal administrativo como operativo, los expedientes de los pacientes así como el proceso de rehabilitación de las personas.

Se calcula que en los centros que hay en el estado haya alrededor de 10 mil camas para un estimado de 8 mil 900 pacientes. Mientras que Tijuana concentra casi la mitad de los pacientes y camas para personas con adicciones.


PERSONAS CON ADICCIONES

Según información del mismo Instituto de psiquiatría del estado, 10% de las personas con adicciones en la ciudad son menores de edad, como el caso de Abril una joven de 16 años, que cursa la preparatoria y desde hace casi dos años es adicta a la marihuana y recientemente a la metanfetamina (o también conocida como cristal).

“Fue en una fiesta que me ofrecieron cigarro del normal -tabaco- y luego me dieron marihuana. Cuando la probé me pegó fuerte pero luego me fue gustando mientras seguía la fiesta. Después la conseguía con mis amigos o compraba cigarros de 10 o 15 pesos en la preparatoria o en el parque que está cerca de la prepa”, contó.

A pesar de los exámenes toxicológicos que implementa la preparatoria para detectar y erradicar las adicciones entre los estudiantes, la menor relató que “siempre andamos con una botellita de orina o al envase que me dan para vaciar mi muestra le hecho agua del escusado. Nunca me pudieron comprobar nada aunque los prefectos me vieran con los ojos rojos”.

Las aportaciones de los familiares a los centros de rehabilitación van desde los 2 mil hasta los 5 mil pesos mensuales

Comentó que al poco tiempo de consumir enervantes su círculo de amistades cambio ya que “no me seguían la cura mis otras amigas, yo ya salía a los bares con identificaciones falsas y empezaba a probar el cristal. Ahí fue donde me perdí. Mi mamá luego se dio cuenta hasta que empezó a buscar en mis cosas y me encontró la pipa con yerba. Después revisó mi teléfono y me cacho todo mi desmadre”.

Abril dijo que a pesar de todos los intentos que ha hecho para dejar de consumir no ha podido dejar los estupefacientes de manera permanente debido que “me mandaban a un centro de rehabilitación y me daba mucho estrés, mejor me escapaba y me perdía con mis amigas en sus casas hasta que mi mamá iba por mí”.

La menor afirmó que esporádicamente consume drogas pero ya no como habitualmente lo hacía “ya casi no le hago, pero de repente le entró porque siento como ansias de darme unos toques”

Por otro lado está el caso de un joven de 24 años, que pidió que lo llamaran Edwin Pérez, el cual es soldado raso del Ejército de México y que a la edad de 14 años comenzó a consumir marihuana con un grupo de amigos en un cerro colindante al fraccionamiento en donde él vivía con su familia.

“La sensación fue de mucho placer quizás momentáneo, cambio de percepción, alucinación, y mucha sensación de felicidad falsa, donde todo es momentáneo”, recordó, el soldado. Mencionó que luego comenzó con el consumo de pastillas como rivotril, para luego ya con 17 años pasar ingerir “cristal”.

Dijo que “luego andaba consumiendo aerosol y resistol, de ahí fui a Jalisco con mi familia y ahí empecé a usar tienner para drogarme”. Mencionó que los vecinos de la calle en donde él vivía lo discriminaban al verlo. “La gente pensaba o los mismos conocidos que yo tenía pensaban que yo me iba a quedar loco o arriba, ya nadie tenía fe en mi”.

A la edad de 19 años el joven logró dejar de consumir drogas gracias a que acudió a una clínica de rehabilitación en donde lo atendieron, posteriormente y con la intención de reivindicarse decidió hacer su servicio militar para poder trabajar como guardia de seguridad en un casino de la colonia Hipódromo. Para los 22 años causó alta en el Ejército Mexicano, trabajo en donde actualmente permanece.

El subdirector del Programa de Vinculación y Control de Adicciones del Ipebc, aseguró que en las temporadas de verano e invierno aumentan los ingresos de las personas a los centros de rehabilitación, sobre todo en diciembre ya que “la gente quiere que los familiares se recuperen”.

Por último, afirmó que la metanfetamina y la marihuana siguen siendo las drogas de impacto entre los consumidores. Asimismo dijo que el 30 % de los rehabilitados reinciden en el consumo.


CENTROS DE REHABILITACIÓN

En algunos centros de rehabilitación como los de La Nueva Visión, le brindan atención a las personas que tienen problemas con las drogas ya sea que los familiares hagan una aportación mensual que va desde los 2 mil hasta los 5 mil pesos mensuales, o de igual manera se le permite el ingreso en caso que no cuenten con el recurso.

En esta frontera hay 97 establecimientos que ofrecen rehabilitar a personas con adicciones / Cuartoscuro

“Las personas que tengan un ciclo adictivo las aceptamos para que en cuatro meses o lo que los médicos determinen y puedan dejar de consumir. Muchos vienen con problemas muy fuertes porque se sienten solos y creen que nadie los comprende”, declaró el secretario del centro de rehabilitación La Nueva Visión, ubicado en el fraccionamiento del Soler, Osvaldo Herrera.

Antonio Maya

Tijuana.- Al menos dos centros de rehabilitación operan de manera irregular en Tijuana, según información vertida por el subdirector del Programa de Vinculación y Control de Adicciones del Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California (Ipebc), Edgar Germán Cosgaya Burgoin.

Los centros operan de manera ilegal debido a que las autoridades no cuentan con la certeza de que en dichos lugares se ofrecen tratamientos adecuados para que el paciente pueda dejar la adicción a las drogas o al alcohol.

Aunque no precisó la ubicación ni el tiempo que llevan operando esos dos establecimientos. Comentó que esos lugares no han sido visitados por las autoridades sanitarias debido a que no tienen la ubicación precisa de uno de ellos, mientras la información del otro centro de rehabilitación se generó a penas en estos días.

“Si. Hemos detectado establecimientos que operan de manera clandestina sin ningún permiso de la autoridad sanitaria, sin ningún documento que avale el trabajo, entonces lo que hacemos en esos casos es solicitarle que nos permitan realizar una visita”.

Asimismo dijo que en caso de que los directivos del centro de rehabilitación se niegan a que se realice una supervisión y se detecta “alguna situación que ponga en riesgo la integridad de los pacientes o que no cumplan con la normatividad”, se levanta un reporte en la dirección contra riesgo sanitario de la Secretaría de Salud ya que ellos son “el ente que puede ejercer medidas sanitarias y esas medidas pueden (...) desde una suspensión de labores o una clausura del establecimiento”.

Señaló que hay un establecimiento más que trabaja de manera irregular y el cual ya fue visitado, pero el personal de salud no encontró una “situación de riesgo” en el interior del negocio. De tal manera que el director de ese lugar buscará tramitar la documentación para operar de manera legal.

Según el mismo Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California, en esta frontera hay 97 establecimientos que ofrecen rehabilitar a personas con adicciones, de los cuales solo 65 cuentan con una mayor calificación que los demás en cuanto al cumplimiento de las normas.

Cosgaya Burgoin mencionó que en esos lugares realizan visitas periódicas en las que evalúan la infraestructura del inmueble, el personal administrativo como operativo, los expedientes de los pacientes así como el proceso de rehabilitación de las personas.

Se calcula que en los centros que hay en el estado haya alrededor de 10 mil camas para un estimado de 8 mil 900 pacientes. Mientras que Tijuana concentra casi la mitad de los pacientes y camas para personas con adicciones.


PERSONAS CON ADICCIONES

Según información del mismo Instituto de psiquiatría del estado, 10% de las personas con adicciones en la ciudad son menores de edad, como el caso de Abril una joven de 16 años, que cursa la preparatoria y desde hace casi dos años es adicta a la marihuana y recientemente a la metanfetamina (o también conocida como cristal).

“Fue en una fiesta que me ofrecieron cigarro del normal -tabaco- y luego me dieron marihuana. Cuando la probé me pegó fuerte pero luego me fue gustando mientras seguía la fiesta. Después la conseguía con mis amigos o compraba cigarros de 10 o 15 pesos en la preparatoria o en el parque que está cerca de la prepa”, contó.

A pesar de los exámenes toxicológicos que implementa la preparatoria para detectar y erradicar las adicciones entre los estudiantes, la menor relató que “siempre andamos con una botellita de orina o al envase que me dan para vaciar mi muestra le hecho agua del escusado. Nunca me pudieron comprobar nada aunque los prefectos me vieran con los ojos rojos”.

Las aportaciones de los familiares a los centros de rehabilitación van desde los 2 mil hasta los 5 mil pesos mensuales

Comentó que al poco tiempo de consumir enervantes su círculo de amistades cambio ya que “no me seguían la cura mis otras amigas, yo ya salía a los bares con identificaciones falsas y empezaba a probar el cristal. Ahí fue donde me perdí. Mi mamá luego se dio cuenta hasta que empezó a buscar en mis cosas y me encontró la pipa con yerba. Después revisó mi teléfono y me cacho todo mi desmadre”.

Abril dijo que a pesar de todos los intentos que ha hecho para dejar de consumir no ha podido dejar los estupefacientes de manera permanente debido que “me mandaban a un centro de rehabilitación y me daba mucho estrés, mejor me escapaba y me perdía con mis amigas en sus casas hasta que mi mamá iba por mí”.

La menor afirmó que esporádicamente consume drogas pero ya no como habitualmente lo hacía “ya casi no le hago, pero de repente le entró porque siento como ansias de darme unos toques”

Por otro lado está el caso de un joven de 24 años, que pidió que lo llamaran Edwin Pérez, el cual es soldado raso del Ejército de México y que a la edad de 14 años comenzó a consumir marihuana con un grupo de amigos en un cerro colindante al fraccionamiento en donde él vivía con su familia.

“La sensación fue de mucho placer quizás momentáneo, cambio de percepción, alucinación, y mucha sensación de felicidad falsa, donde todo es momentáneo”, recordó, el soldado. Mencionó que luego comenzó con el consumo de pastillas como rivotril, para luego ya con 17 años pasar ingerir “cristal”.

Dijo que “luego andaba consumiendo aerosol y resistol, de ahí fui a Jalisco con mi familia y ahí empecé a usar tienner para drogarme”. Mencionó que los vecinos de la calle en donde él vivía lo discriminaban al verlo. “La gente pensaba o los mismos conocidos que yo tenía pensaban que yo me iba a quedar loco o arriba, ya nadie tenía fe en mi”.

A la edad de 19 años el joven logró dejar de consumir drogas gracias a que acudió a una clínica de rehabilitación en donde lo atendieron, posteriormente y con la intención de reivindicarse decidió hacer su servicio militar para poder trabajar como guardia de seguridad en un casino de la colonia Hipódromo. Para los 22 años causó alta en el Ejército Mexicano, trabajo en donde actualmente permanece.

El subdirector del Programa de Vinculación y Control de Adicciones del Ipebc, aseguró que en las temporadas de verano e invierno aumentan los ingresos de las personas a los centros de rehabilitación, sobre todo en diciembre ya que “la gente quiere que los familiares se recuperen”.

Por último, afirmó que la metanfetamina y la marihuana siguen siendo las drogas de impacto entre los consumidores. Asimismo dijo que el 30 % de los rehabilitados reinciden en el consumo.


CENTROS DE REHABILITACIÓN

En algunos centros de rehabilitación como los de La Nueva Visión, le brindan atención a las personas que tienen problemas con las drogas ya sea que los familiares hagan una aportación mensual que va desde los 2 mil hasta los 5 mil pesos mensuales, o de igual manera se le permite el ingreso en caso que no cuenten con el recurso.

En esta frontera hay 97 establecimientos que ofrecen rehabilitar a personas con adicciones / Cuartoscuro

“Las personas que tengan un ciclo adictivo las aceptamos para que en cuatro meses o lo que los médicos determinen y puedan dejar de consumir. Muchos vienen con problemas muy fuertes porque se sienten solos y creen que nadie los comprende”, declaró el secretario del centro de rehabilitación La Nueva Visión, ubicado en el fraccionamiento del Soler, Osvaldo Herrera.

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