Padres de familia de la primaria General Guadalupe Victoria tomaron la delegación de la Secretaría de Educación en Tijuana en protesta por la falta de maestros de quinto grado.
Acompañados de estudiantes se apostaron en la entrada al grito de “queremos maestros” e impidieron el ingreso del personal, pero permitieron su salida.
Abimael Ramos, representante de los inconformes, dijo que protestaron en octubre y las autoridades educativas prometieron que los maestros estarían antes de terminar ese mes, pero eso no sucedió.
“No es justo, se terminó el primer trimestre y seguimos sin maestros, nos preocupa el rezago educativo de nuestros hijos”, señaló.
Abimael Ramos dijo que su primaria, ubicada en el fraccionamiento Miramar de la delegación Playas de Tijuana, padece la falta de maestros desde hace 14 años, pero varía el grado en cada ciclo escolar.
Indicó que esperan una respuesta oficial y por escrito de la fecha en la que se integrarán los nuevos maestros. “Solo nos han dicho palabras”, manifestó el padre de familia.
Manifestó que planean tomar la escuela en caso de que los maestros no sean asignados pronto, aunque afecten al resto del alumnado.
De acuerdo con las autoridades educativas de Baja California, 18 escuelas en Tijuana se encuentran tomadas por padres de familia ante la falta de maestros.
La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda dijo este lunes que están en proceso de revisión administrativa para conocer los casos de nuevas licencias y de incapacidades de maestros para cubrir con maestros interinos.
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“Esas nuevas licencias o incapacidades no están dentro del tope que nosotros tenemos para interinos y estamos dentro del plazo administrativo, es decir, vamos al día”, aseguró.
Luis Gallego Cortez, titular de la Secretaría de Educación del estado, declaró a mediados de octubre que faltan dos mil maestros para cubrir la demanda de la matrícula de nivel básico en la entidad y planeaban resolverlo en la segunda quincena de ese mismo mes.
Explicó que los maestros interinos serían contratados una vez que estuvieran dados de alta para no caer en “vicios del pasado”, cuando eran asignados a grupos pero no recibían salario, generando un adeudo que no podían saldar las autoridades.