Tijuana.- Un 30% de los deportados en la ciudad de Tijuana están afiliados a pandillas, que posteriormente trabajan para el crimen organizado en México, indicó Víctor Clark Alfaro, antropólogo y profesor de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU).
Los cárteles de la droga esperan a los pandilleros deportados, pues se trata de una mano de obra preparada, conocen el uso de armas de fuego, hablan inglés y tienen contacto con las pandillas establecidas en los Estados Unidos, agregó Clark Alfaro.
“Los únicos que les dan empleos son los call center, solo hay doce en Tijuana y son discriminados. El crimen organizado los necesita, se han convertido en la mano de obra y desechable del crimen organizado”, mencionó
La mayoría de los pandilleros deportados, dijo el antropólogo, son jóvenes de 25 a 35 años de edad que toda su vida se desarrolló en los Estados Unidos, y son fácil de detectar por su forma de caminar y los tatuajes que tienen. Cuando se unen a las filas del crimen organizado forman parte de la cuarta economía.
“Hay una cuarta economía que no está reconocida legalmente, pero genera muchos empleos que es el narcomenudeo. Es un mercado enorme porque hay 1 millón y medio de adictos, es un mercado que está creciendo por una droga que se está expandiendo, el fentanilo”, detalló.
Clark Alfaro mencionó que esta cuarta economía no se detuvo en el periodo más crítico de la pandemia, y continuó generando muchos empleos. Los principales empleados son los miembros de la Mara Salvatrucha, Pandilla del Norte, Pandilla del Sur, Mafia Mexicana y las Flores.
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“Hay unos que saben cocinar el cristal, no cualquier sabe fabricarlo, los contratan como halcones, o banderas y estacas (...) Los contratan como sicarios, les pagan más que en una maquila, el crimen organizado está contratando a esa mano de obra que ya viene entrenada”, señaló.
El antropólogo fue cuestionado sobre un posible incremento de pandilleros de la Mara Salvatrucha en la frontera norte de México debido a las agresivas políticas del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que consiste en la persecución de dicha pandilla.
“Grupos de maras trabajan en la frontera sur, los contratan los cárteles, allá están en la violación de mujeres, la extorsión y secuestro de migrantes para pedir rescates con sus familiares en los Estados Unidos”, explicó.
Clark Alfaro concluyó mencionando que los pandilleros que se asientan en Tijuana y todo México tienen prohibido independizarse en el narcomenudeo o enfrentarse entre pandillas.
“Los matan, esos grupos son empleados de los cárteles, aquí no hay peleas de pandilleros”, finalizó.