Karla Padilla | El Vigía
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya estableció como fecha límite el 30 de noviembre, para que se entreguen los estatutos para determinar los límites territoriales del poblado de Santa Anita y definir si pertenece al municipio de Ensenada o al de Playas de Rosarito.
Miriam Cano Núñez, diputada local, mencionó que de acuerdo al estudio realizado por Ordenamiento Territorial, de la entonces Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (Sidue), se entrega el territorio de Santa Anita al municipio de Playas de Rosarito.
Sin embargo, dijo, en ese estudio, que se entregó desde abril de este año a la XXII Legislatura y que se justfiicó con un razonamiento histórico, hay varias inconsistencias, como que los límites territoriales están en el Arroyo San Miguel, ubicado en la falla de San Andrés.
“Nosotros tenemos claro cuál es el arroyo de San Miguel, por otro lado dicen que es el de La Misión, otros le llaman De Guadalupe, tiene cuatro o cinco nombres al que hacen ellos referencia”, resaltó.
La diputada añadió que ya se han realizado seis mesas técnicas en las que se está trabajando el tema, ya que de acuerdo al estudio al hacer la división entre Tijuana y Rosarito, Ensenada no tendría por qué verse afectada.
Peleados 168 km
Agregó que al hacer los cálculos, faltan 168 kilómetros cuadrados de lo que era antes a lo que se está entregando en ese estudio; incluso dijo que añadiendo el territorio de islas que están en el municipio de Mexicali, pero están frente a Ensenada, siguen haciendo falta kilómetros de territorio.
“Yo creo que 20 kilómetros, 30 kilómetros o 168 kilómetros, si son nuestros pues hay que pelearlos”, resaltó.
Cano Núñez recordó que de acuerdo al decreto de 1925, el límite territorial de Ensenada llegaba al paralelo 32:10, al norte de Santa Anita, es decir, el triángulo que está en conflicto.
Aún no hay una propuesta de estatuto territorial ya formal y aún no se ha votado al respecto, por lo que reiteró que se encuentran en una etapa en la que se debe escuchar a todas las partes y poder velar por este espacio territorial.