El mes patrio se fue, solo faltan tres meses para terminar el año y el ambiente político electoral sigue subiendo de temperatura.
Mientras esperamos la ebullición, aquí están las imágenes de algunos eventos de septiembre.
El Grito no solo fue pachanga en “la Revu”, aquí la titular del ejecutivo municipal sí cumplió su deber cívico levantándose muy temprano para asistir al tradicional desfile, al que acudieron también las familias tijuanenses.
Ya que andamos en el gobierno de la ciudad, imposible no recordar que tuvo un nuevo round administrativo con el aeropuerto Abelardo L. Rodríguez, ahora clausurando el estacionamiento, quesque por falta de documentación.
Total, que el aeropuerto, en lugar de presentar los permisos, recurrió a los tribunales y reabrió el “parkin” mediante una suspensión. ¿Por qué habrá tomado ese camino?
Por aquellos rumbos de Otay, también este mes, cientos de personas terminaron atoradas en tremendo trafical cuando una falla en la aduana mexicana generó una enorme fila de trailers que desquició, si se puede todavía más, el tránsito en la zona. Puras de terror con la movilidad en Tijuana.
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En materia de sorpresas, la reaparición pública de Julián Leyzaola se llevó la presea.
Primero por su fotografía con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda. ¿Será que la mandataria evalúa cambiar al polémico militar en retiro por el hoy tan promovido ex boxeador para buscar la alcaldía de Tijuana?
Leyzaola Pérez asegura que tiene dos amparos contra la misma cantidad de órdenes de aprehensión giradas en la administración de Jaime Bonilla, pero esa batalla no ha terminado y no hay nada claro sobre su futuro; eso de las asesorías en seguridad, aunque verosímil, parece pura pantalla.
Donde no hubo convocatoria fue en la protesta por el acceso al aborto libre y seguro. Apenas respondió una decena de mujeres, eso sí, muy sonoras con su mensaje.
Pero el mes se lo llevó Oso, el can que el mundo digital conoció corriendo detrás un grupo de migrantes que cruzó por Playas de Tijuana aprovechando la sustitución del muro internacional.
Casi se queda “al otro lado”, afortunadamente a su dueño, un vendedor ambulante, le permitieron pasar a suelo gringo para ir por él.