Crisstian Villicaña
Tijuana.- Vivir sin un hogar es una de las dificultades más complicadas que puede pasar una persona. Esta situación que aqueja a cientos en la ciudad comienza a obligar a algunos a construir sus propios refugios no importando que esto sea sobre la vía pública.
En un recorrido por la zona Centro, espacio donde no pasan muchos metros sin que se observe a una persona en situación de calle, se encuentra una pequeña choza hecha de lonas y cartón de cajas vacías.
Al interior, se pudo observar a un hombre que oscila entre los 40 y 50 años de edad. Su condición, como era de esperarse, es la de una persona que habita las calles con poco o nada de aseo personal; esto, debido a la falta de una regadera o dinero para pagar un baño público.
Los comerciantes de los alrededores comentan que esta pequeña casa lleva desde el año pasado y desde entonces ha permanecido sin que alguna autoridad lo haya intentado remover.
Si bien ya se habían observado otros espacios donde personas en situación de calle pernoctan, este en particular guarda la peculiaridad de que este sobre una banqueta ubicada entre las avenidas Niños Héroes y Miguel F. Martínez, mientras que otros refugios improvisados casi siempre se observan en terrenos baldíos o construcciones abandonadas.
Esta situación, lejos de ser un evento aislado o que pareciera menor, es el reflejo de una ciudad que no ha podido encontrar un programa que ofrezca resultados reales de reintegración social de las personas en situación de calle dejando la problemática a la deriva y en crecimiento.