Juan Miguel Hernández
Tijuana.-A su corta edad, José Cristobal y Ángel David debieron abandonar Honduras por la violencia y las faltas de oportunidades, y ahora buscan en los Estados Unidos encontrar un futuro mejor.
De 14 y 17 años, respectivamente, ambos jóvenes viajaron más de 6 mil kilómetros a la frontera, en donde debieron sortear el hambre, la enfermedad y las extorsiones.
Para José Cristobal el camino fue todavía más complicado, pues debió dejar a sus padres y hermanos en su país, y buscar una vida mejor para él y sus seres queridos, a pesar de su corta edad.
“No se quisieron venir mis papás , y yo me quise venir para sacar a mi familia de la pobreza, si dios lo permite. En Honduras no alcanza para nada, ni alcanza el dinero para comer”, comentó.
El menor de edad recuerda que además de la pobreza y desigualdad, vivía acosado por la Mara salvatrucha, y su integridad corría peligro.
“Para mí fue triste, pero qué le vas a hacer, no se puede vivir con la violencia y falta de trabajo, por eso uno no puede vivir en Honduras”, confesó.
Pese a los retos que se han enfrentado en su vida, ambos jóvenes conservan la ilusión de algún día convertirse en médico e ingeniero, y con ello convertirse en hombres de bien.
“Es mi meta llegar a Estados Unidos, para echarles la mano a mis papás”, decía Ángel David, quien llegó a Tijuana con sus padres y hermanos.
Vienen más migrantes en camino
El coordinador de la Alianza Migrante, José María García, señaló que para la próxima semana arribarían a Baja California, entre 300 y 500 migrantes, que formaron parte de la Caravana migrante 2018.
Indicó que actualmente en Tijuana hay 70 migrantes centroamericanos, los cuales algunos ya han acudido a las oficinas del Gobierno de Estados Unidos a solicitar asilo político.
“No es nada fácil venir de sus lugares de origen, vienen con un problema muy fuerte de sus países donde hay mucha violencia”, concluyó.