Tijuana.- En el estado hay 269 centros de rehabilitación registrados ante el Instituto de Psiquiatría de Baja California (IEPBC), sin embargo, solo 175 están certificados por el estado por cumplir con los criterios de evaluación que marca la administración estatal.
La cifra se reduce sustancialmente al considerar además a aquellos reconocidos y evaluados ante la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), pues solamente 33 cumplen con esas disposiciones federales.
Según el Observatorio Estatal de Adicciones, que presentó su más reciente estudio en 2017, en Baja California el alcohol es la principal sustancia consumida con 45.6%, le siguen el tabaco con 21.2% y la metanfetamina en tercer lugar con 2.5%; aún no se contemplaba el fentanilo.
Y mientras la marihuana es la droga ilegal más consumida en el mundo, en la entidad es la tercera droga de inicio en el 2.3% de la población (1.9% hombres y 0.4% mujeres), tan solo superado por el alcohol y el tabaco.
El mismo estudio plantea que entre los consumidores hay una negación para “reconocer abiertamente que se tiene una adicción al consumo de alcohol, tabaco y drogas ilegales”, pues sólo 7.8% de la población con algún problema de adicción aceptó haber solicitado ayuda para recibir tratamiento.
“UNA NUEVA OPORTUNIDAD”
Fran (prefirió no dar su apellido), consumió heroína por 30 años: desde los 16 hasta los 46, cuando tomó la decisión de parar al ver cómo su vida acababa gradualmente, perdiendo familia y amigos.
“Me he sentido muy bien físicamente, mentalmente, espiritualmente cómodo, porque ya tengo arriba de dos años que no consumo heroína. Me siento muy bien porque no estoy consumiendo, me siento libre de las ataduras de la heroína. Si la persona que es adicta ha estado en centros de rehabilitación, entrando y saliendo , y piensa que los centros no sirven, tiene que tener el deseo sincero de parar”, confesó.
El Sol de Tijuana platicó con Fran cuando éste pedía apoyo en un crucero repartiendo volantes con información sobre el centro de rehabilitación “Humanos con Fe”, que brinda atención a 65 hombres con adicción a drogas y alcohol.
“Busco recursos como agradecimiento para la casa por abrir las puertas y me cambió la vida, soy una persona diferente. Si realmente la persona quiere cambiar, no importa el centro de rehabilitación, es importante llegar a un centro de rehabilitación porque muchos como yo no pueden parar en las calles o en la casa, sustituimos drogas por drogas”, expresó.
Daniel Hernández Sandoval, encargado del centro de rehabilitación “Humanos con Fe”, señaló que cuentan con certificación estatal y municipal.
También tiene Registro Federal de Causantes (RFC), que lo hace sujeto de apoyo con recursos públicos, pero no cuenta con la certificación federal de Conadic.
“Es engorroso, para cualquier trámite el papeleo es complicado”, respondió.
El gran reto para el centro, reconoció, es la obtención de recursos para sostenerse y brindar atención a personas como Fran.
Además de pedir apoyo de la ciudadanía en los cruceros, el centro tiene una cuota de ingreso de cuatro mil 800 pesos y pide dos mil 800 pesos mensuales, pero no todas las personas que acuden por ayuda pueden pagar.
Dijo que la alimentación, ropa para los pacientes y el gasto de servicios como energía eléctrica son los gastos de operación más complejos de atender, por eso recurren al apoyo de la gente por medio de donaciones.
“Se mantiene además de la gente que llega, de voluntarios. Se les hace el favor con apoyo de 15 días a un mes, para cuando la persona se recupere salga a trabajar. Mucha veces la gente no paga y la ayuda se le da”, explicó.
Alcohol, “cristal” (metanfetamina) y heroína, son las sustancias que más consumían los pacientes que reciben atención, y en caso de que la cantidad de personas que demandan tratamiento rebase su capacidad, son canalizadas a otro centro de rehabilitación.
Admitió que no siempre resulta exitoso el tratamiento como sucedió con Fran, y lo atribuye a la alta dependencia a las drogas con la que llegan algunos pacientes.
“También vas a encontrar gente que te va a hablar mal de la institución, porque una persona adicta que no quiere hacer su cambio en su vida o con su familia, va a tener problemas y sale resentido”, agregó.
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TRAS LA PANDEMIA INCREMENTA LA CIFRA DE CENTROS
Edgard Cosgalla, jefe del departamento de vinculación y verificación a establecimientos especializados en el tratamiento de adicciones del IEPBC, apuntó que antes de la pandemia por Covid-19, en el estado había registro de 210 centros de rehabilitación, y actualmente son 269.
El funcionario estatal indicó que el IEPBC brinda asesoría, capacitación y evalúa el cumplimiento que tienen los establecimientos de la Norma Oficial Mexicana (NOM 028).
“En base a eso arroja una calificación de cumplimiento y con eso vamos trabajando con ellos para irles dejando tarea sobre las áreas de oportunidad que veamos al momento de la visita y puedan ir haciendo mejoras continuas”, agregó.
Entre las áreas a evaluar, precisó, se busca que haya evidencia documental del paciente, expediente clínico, una valoración médica, personal capacitado, documentación legal, infraestructura, servicios de alimentación adecuados, entre otros aspectos.
“Esos establecimientos que se han venido registrando han venido con un mejor cumplimiento. Antes empezaban muy desde abajo y actualmente vemos que ya tienen bastante avance”, afirmó Edgard Cosgalla.
Los centros deben cumplir con un 85% de calificación mensual de los aspectos delineados en la NOM O28.
“Estamos en visitas para que vayan mejorando, les decimos: ‘Te falta eso y estas son áreas de oportunidad’. Si vemos que el establecimiento no hace mejoras, está desinteresado en estar dando cumplimiento de la norma, damos aviso a la Coepris, ellos tienen capacidad de emitir sanción”, puntualizó.
El jefe del departamento de vinculación y verificación tiene además otra versión al por qué solo poco más del 10% de los centros de rehabilitación en el estado cuentan con la certificación federal que emite la Conadic.
“En un principio había más interés porque al momento de tener la certificación federal accedían a recursos a través de Bienestar o Desarrollo Social, pero en esta administración no ha habido recursos y eso generó desinterés. El interesado se certifica por interés por cumplir la norma y antes era por el recurso”, comentó.
LOS TRATAMIENTOS
Uno de los centros de rehabilitación reconocidos por Conadic es la Comunidad Terapéutica para la Rehabilitación y Reinserción Social del Adictos (Cotrrsa), operada por el Instituto Municipal contra las Adicciones (Imcad).
De acuerdo con la titular de esa paramunicipal, Luz Vianey Robles Hernández, el tratamiento contra las adicciones que siguen abarca nueve meses que comprenden dos etapas: seis meses en área médica y personal con atención psicológica y respaldo de consejeros de adicciones certificados, y los tres meses restantes son para labores de reinserción social, facilitando la obtención de un empleo a los pacientes próximos a egresar.
“El programa es uno de los mejores a nivel nacional porque brindamos atención integral que el usuario requiere para su rehabilitación”, apuntó.
Igual que en “Humanos con fe”, los pacientes atendidos en Cotrrsa reciben tratamiento por adicción a metanfetamina, alcohol y heroína.
“También trabajamos en centros de rehabilitación en capacitaciones para que brinden mejor atención y calidad de vida para el usuario. Brindarles una constancia donde dice que son centros certificados. Tratamos de estar trabajando con los que están certificados, también para las canalizaciones que hacemos, si es que no son candidatos a entrar con nosotros”, abundó.
El Imcad tiene entre sus requisitos que la persona acuda voluntariamente, que no requiera atención psiquiátrica, no haber ingresado antes a la comunidad Cotrrsa y en caso de presentar alguna enfermedad infectocontagiosa debe estar bajo tratamiento.
La paramunicipal atiende a 69 hombres y 16 mujeres con edades entre los 18 y los 59 años de edad, y está actualmente al 50% de capacidad en su modalidad residencial.
En este momento Cotrrsa atiende menores de edad de manera ambulatoria, pero espera concluir la construcción de un espacio exclusivo para esta población, en la colonia Sánchez Taboada.
Por ahora, las personas que desean recibir tratamiento contra las adicciones encuentran pocos centros de rehabilitación con certificación federal.
Las opciones disponibles son desembolsar sumas de más de 72 mil pesos en algunos lugares certificados, o acudir a centros con cuotas más bajas pero también con menos recursos para su sostenimiento.