La probable ampliación de la regularización de los autos “chocolate” que se extendería más allá del actual gobierno, preocupa a los comerciantes de vehículos importados, que ven cómo su negocio ha perdido ventas en los últimos años.
Lo anterior según lo planteado por el vicepresidente de Competitividad de la Zona Fronteriza de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo de los Estados Unidos Mexicanos (Concanaco), Jorge Macías Jiménez, quien acusó competencia desleal por parte de los vendedores de este tipo de unidades.
“A nosotros nos está afectando económicamente muy fuerte la competencia del carro chocolate, porque son autos que llegan el día de hoy y para la semana que entra tienen su cita para regularizar. Cuando nos toca a nosotros pagar una importación de mil 500 a mil 800 dólares, que cada vez nos sube más, pero al que vende el carro americano en la calle, le cuesta dos mil 500 pesos”, agregó.
Macías Jiménez precisó que del valor de la importación de un vehículo, el 50% corresponde a impuestos en la aduana y lo demás son trámites de facturación en Estados Unidos, revisión mecánica, con lo que deben cumplir los negocios dedicados a ese giro.
“Ahorita con esta competencia no es negocio, la verdad estamos sobreviviendo, estábamos con la esperanza de que se terminara cuando acabara este gobierno pero es un tema que traen para seguir promocionando. Es un tema difícil porque se está promoviendo la informalidad y la venta en las calles de vehículos ilegales y se están regularizando a unos valores muy bajos y nos compite contra nosotros que pagamos impuestos más elevados”, aseveró.
El comerciante lamentó que pese a que este programa lleva casi dos años, aún no se vea reflejado en mejoras para la infraestructura de la ciudad, ni tampoco en temas de seguridad.
“No se ve que haya mejoría en las calles, la ciudad está destrozada y es un tema que hemos cuestionado, pero no ha habido respuesta en ese sentido de porque no se han arreglado las calles”, manifestó.
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Por último, aclaró que el comercio establecido estaba a favor de la regularización de los autos “chocolate”, pero no bajo las condiciones impuestas por la autoridad gubernamental.
“Nosotros la aplaudimos en su momento porque le daba certidumbre a la gente que traía su vehículo, era en un sentido social y creímos que era algo bueno y ahora ya se hizo un tema más político, porque los vehículos que se tenían que regularizar, ya se debieron haber regularizado”, concluyó.