Daniel Ángel Rubio
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) es quizás la organización de la iniciativa privada que más cerca ha estado de las políticas públicas sobre la educación. En esta entrevista su dirigente nacional, Gustavo de Hoyos Walter, dio sus impresiones sobre la nueva legislación y las leyes secundarias que se avecinan.
¿Qué les parece la nueva reforma educativa?
Lamentamos la extinción del Instituto Nacional de Evaluación Educativa. Es el más joven de los órganos autónomos del Estado Mexicano. Apenas empezaba a rendir sus primeros frutos, y vemos con mucha preocupación que vaya a ser sustituido por una entidad que aunque tendrá funciones parecidas, ya no tiene el carácter de autónomo.
¿Por qué es la preocupación?
Nos preocupa que quede más discrecional todo lo que tiene que ver con procesos de evaluación de la aptitud de quienes ejercen el magisterio. La reforma anterior vinculaba el tener las capacidades profesionales para poder mantener la calidad de maestros frente a un grupo. Ahora aunque se habla de evaluaciones, ya no tiene este carácter vinculatorio. Se han diluido los mecanismos para que el acceso a las plazas de director, de maestro, inspector, sea en base a competencias. Lo que se había logrado generar es que en base a mérito pudieran acceder a estas plazas, y ya no por recomendaciones. Tardó décadas en lograrse esto. Hay afortunadamente poco más de dos o tres mil profesores que llegaron por primera vez en nuestra historia, con base en sus capacidades.
¿Qué rescataría de lo aprobado?
Que se habla desde la educación inicial, la diversidad. Hay cosas relevantes, nunca tomamos posiciones binarias de que todo es malo o todo es bueno. Tenemos preocupación porque se dejaron de lado esos aspectos. Vamos a ver ya en el aterrizaje en las leyes específicas, ojalá se pueda puntualizar. Lo que más nos interesa es garantizar que haya educación de calidad en todo el país para todos los niños.
¿El presidente Andrés Manuel López Obrador cedió ante la CNTE?
No debe nunca la autoridad ceder ante la perturbación del orden público, ante el chantaje. Creemos que por momentos se permitieron excesos. Reconocemos el derecho que tiene cualquier organización de defender legítimamente sus visiones, sus intereses, pero esto no debe vulnerar el orden público. Aquí hubo bloqueo de trenes, hubo paros en escuelas, y nos parece que pasa de una representación legitima a vulnerar el derecho de terceros.