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MÉRIDA, Yuc.- En el tercer debate presidencial no hubo sorpresas. Predominaron los chistoretes y la repetición de propuestas. Nada para nadie. Andrés Manuel López Obrador salió más pacifista y conciliador, administrando la ventaja de puntero que por 75 días no ha perdido, de trámite y sin papeles de apoyo en el debate. José Antonio Meade, Ricardo Anaya Cortés y Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, enfilaron su energía en atacar al político tabasqueño, quien como de costumbre sorteó el tema con un chistecito: “¿Qué culpa tengo que estén empatados hasta abajo? Piensan que en este debate van a remontar 30 puntos que les llevo. Entiendo que están desesperados. Serenense”. López Obrador, mucho más tranquilo que los encuentros anteriores, llegó con guayabera a la sede, pero luego se puso un traje y se peinó. Por momentos sonriente, en otros, adusto. Incluso, indultó desde ahora a Ricardo Anaya con no llevarlo a la cárcel.
Meade apareció con una imagen fresca, sonrió durante todo el encuentro. Asestó golpes a López Obrador. Le reclamó que en su paso por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México (2000-2005) no haya creado empleo. Esos ataques directos del candidato priista y panista al tabasqueño los hizo olvidar del voto útil que por semanas han pregonado, convencer a los indecisos que los catapulte y los coloque en sondeos, que abran la posibilidad de desplazar al líder presidencial y arrebatarle la elección en las urnas el próximo 1 de julio. Un tercero y último debate que tuvo como escenario el Gran Museo del Mundo Maya, con los moderadores Gabriela War kentin de la Mora, Leonardo Antonio Curzio Gutiérrez y Carlos Puig Soberón, que guiaron la participación de los candidatos. En varias ocasiones, los moderadores les pidieron enfocarse en dar respuesta a los ciudadanos, pero esto no funcionó. Ricardo Anaya de inicio dijo que “hoy el principal obstáculo para crecer es la corrupción. He sido blanco de una campaña brutal de ataques, de mentiras, de infamias, por una razón muy sencilla, porque me atreví a decir que cuando sea presidente habrá una Fiscalía autónoma que investigue al presidente Enrique Peña Nieto y los escándalos del sexenio, incluyendo Ayotizinapa, la casa blanca y la estafa maestra”. “Tú José Antonio y tu jefe -Enrique Peña Nieto- van a enfrentar a la justicia porque es lo correcto”, sentenció Anaya. Meade reviró: “aquí él que está indiciado eres tú Ricardo”. Anaya dedicó un ataque directo contra López Obrador al asegurar que ya tiene a su contratista favorito en la persona de José María Rioboó. “Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en lo que tanto criticaba, igual que el PRI, tiene a sus contratistas favoritos, entre ellos al ingeniero Rioboó”, afirmó el aspirante de la coalición de Por México al Frente, quien prometió mostrar documentos a través de la página de internet debate2018.mx. Mientras en las redes sociales circuló un nuevo video que lo implica en el delito de lavado de dinero, en esta página aparecen cuatro contratos por adjudicación directa a Rioboó durante la administración de López Obrador. Ante este señalamiento, López Obrador le dijo “tú (Ricardo) hablas de combatir la corrupción de dientes para afuera’’. Anaya intentó hacerlo caer en la trampa y le pedía una y otra vez que si él estaría dispuesto a renunciar a su tercera candidatura presidencial si los contratos eran reales. López sorteó el asunto. Así inició un tú por tú con López Obrador al decirle que tiene contratistas predilectos –por lo del aeropuerto- y lo increpó: “responde sin chistes ni payasadas’’, a lo que el tabasqueño respondió simplemente “no soy corrupto como tú’’. El Bronco se sumó a este bloque y les soltó: “me divierto con ustedes, ahora dale un beso”, comentó en referencia al panista Anaya. Sin embargo, en medio del debate le quitaron la sonrisa cuando Gabriela Warkentin le dijo que guardara su celular. “Sólo estoy viendo la hora”, respondió el independiente. López Obrador propuso una fórmula sencilla, pero importante, acabar con la corrupción porque es el cáncer que está consumiendo al país. Hay que liberar los fondos que se van por los caños de la corrupción, dijo antes de manifestar que va a “cortar el copete de los privilegios”. José Antonio Meade se dio tiempo para desear suerte a la Selección mexicana. “La tercia maldita como los llamo hoy, porque ellos han destruido al país”, se sumó Jaime Rodríguez. Y le soltó; “Por cierto Andrés ¿qué tenías en la cartera? ¿No traías una foto de Elba Esther?”. “No la traje por precaución, jajaja”, respondió López Obrador. Y agregó: “se cancelará la mal llamada reforma educativa, que en realidad no es una reforma educativa”. Los cuatro desperdiciaron una oportunidad clave de convencer a los indecisos
MÉRIDA, Yuc.- En el tercer debate presidencial no hubo sorpresas. Predominaron los chistoretes y la repetición de propuestas. Nada para nadie. Andrés Manuel López Obrador salió más pacifista y conciliador, administrando la ventaja de puntero que por 75 días no ha perdido, de trámite y sin papeles de apoyo en el debate. José Antonio Meade, Ricardo Anaya Cortés y Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, enfilaron su energía en atacar al político tabasqueño, quien como de costumbre sorteó el tema con un chistecito: “¿Qué culpa tengo que estén empatados hasta abajo? Piensan que en este debate van a remontar 30 puntos que les llevo. Entiendo que están desesperados. Serenense”. López Obrador, mucho más tranquilo que los encuentros anteriores, llegó con guayabera a la sede, pero luego se puso un traje y se peinó. Por momentos sonriente, en otros, adusto. Incluso, indultó desde ahora a Ricardo Anaya con no llevarlo a la cárcel.
Meade apareció con una imagen fresca, sonrió durante todo el encuentro. Asestó golpes a López Obrador. Le reclamó que en su paso por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México (2000-2005) no haya creado empleo. Esos ataques directos del candidato priista y panista al tabasqueño los hizo olvidar del voto útil que por semanas han pregonado, convencer a los indecisos que los catapulte y los coloque en sondeos, que abran la posibilidad de desplazar al líder presidencial y arrebatarle la elección en las urnas el próximo 1 de julio. Un tercero y último debate que tuvo como escenario el Gran Museo del Mundo Maya, con los moderadores Gabriela War kentin de la Mora, Leonardo Antonio Curzio Gutiérrez y Carlos Puig Soberón, que guiaron la participación de los candidatos. En varias ocasiones, los moderadores les pidieron enfocarse en dar respuesta a los ciudadanos, pero esto no funcionó. Ricardo Anaya de inicio dijo que “hoy el principal obstáculo para crecer es la corrupción. He sido blanco de una campaña brutal de ataques, de mentiras, de infamias, por una razón muy sencilla, porque me atreví a decir que cuando sea presidente habrá una Fiscalía autónoma que investigue al presidente Enrique Peña Nieto y los escándalos del sexenio, incluyendo Ayotizinapa, la casa blanca y la estafa maestra”. “Tú José Antonio y tu jefe -Enrique Peña Nieto- van a enfrentar a la justicia porque es lo correcto”, sentenció Anaya. Meade reviró: “aquí él que está indiciado eres tú Ricardo”. Anaya dedicó un ataque directo contra López Obrador al asegurar que ya tiene a su contratista favorito en la persona de José María Rioboó. “Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en lo que tanto criticaba, igual que el PRI, tiene a sus contratistas favoritos, entre ellos al ingeniero Rioboó”, afirmó el aspirante de la coalición de Por México al Frente, quien prometió mostrar documentos a través de la página de internet debate2018.mx. Mientras en las redes sociales circuló un nuevo video que lo implica en el delito de lavado de dinero, en esta página aparecen cuatro contratos por adjudicación directa a Rioboó durante la administración de López Obrador. Ante este señalamiento, López Obrador le dijo “tú (Ricardo) hablas de combatir la corrupción de dientes para afuera’’. Anaya intentó hacerlo caer en la trampa y le pedía una y otra vez que si él estaría dispuesto a renunciar a su tercera candidatura presidencial si los contratos eran reales. López sorteó el asunto. Así inició un tú por tú con López Obrador al decirle que tiene contratistas predilectos –por lo del aeropuerto- y lo increpó: “responde sin chistes ni payasadas’’, a lo que el tabasqueño respondió simplemente “no soy corrupto como tú’’. El Bronco se sumó a este bloque y les soltó: “me divierto con ustedes, ahora dale un beso”, comentó en referencia al panista Anaya. Sin embargo, en medio del debate le quitaron la sonrisa cuando Gabriela Warkentin le dijo que guardara su celular. “Sólo estoy viendo la hora”, respondió el independiente. López Obrador propuso una fórmula sencilla, pero importante, acabar con la corrupción porque es el cáncer que está consumiendo al país. Hay que liberar los fondos que se van por los caños de la corrupción, dijo antes de manifestar que va a “cortar el copete de los privilegios”. José Antonio Meade se dio tiempo para desear suerte a la Selección mexicana. “La tercia maldita como los llamo hoy, porque ellos han destruido al país”, se sumó Jaime Rodríguez. Y le soltó; “Por cierto Andrés ¿qué tenías en la cartera? ¿No traías una foto de Elba Esther?”. “No la traje por precaución, jajaja”, respondió López Obrador. Y agregó: “se cancelará la mal llamada reforma educativa, que en realidad no es una reforma educativa”. Los cuatro desperdiciaron una oportunidad clave de convencer a los indecisos