Tijuana.- En múltiples ocasiones, la familia de Fidencio Alvarado Arce recibió varias propuestas de constructoras que mostraron interés en comprar sus tierras, pero se negaron porque no querían convertir su ranchito “Los 5 Hermanos” en cientos de minicasas.

Pero la mancha urbana los alcanzó y el rancho fundado desde 1957 quedó en medio de miles de viviendas de interés social en colonia Urbi Villas del Prado y en medio de cientos de casas de la colonia el Cañón del Sainz.

Fidencio Alvarado Arce dice “quedé en medio y no dejaron salida”, pues asegura que las constructoras en su afán de que les vendiera su pedazo de tierra, no urbanizaron una salida para que accedan a la avenida principal y al rancho “Los 5 Hermanos”, dejándolos entre un arroyo y viviendas. Fidencio Alvarado Arce platicó a El Sol de Tijuana.

¿Cómo era vivir en el rancho “Los 5 Hermanos” cuando aún no había casas?

No oiga, era un área muy tranquila, imagínese, aquí nos criamos y aquí nacimos nosotros. Este rancho era todo eso, eran 185 hectáreas de nosotros, mis tíos vendieron eso, esta era una herencia que le dejaron mi abuelo a mi padre, y entonces mi hermano quiso vender lo de él, nosotros no vendimos.

¿Parte de la colonia Urbi Villas del Prado era antes de ustedes?

“Era todo el rancho de mi abuelo, eran 185 hectáreas lo que es -ahora- el Infonavit, mis tíos vendieron y quedamos en medio y aquí nos tocó quedarnos”.

¿Cómo ha cambiado el rancho hasta ahora, que quedó en medio de las casas y en una de las zonas más conflictivas de Tijuana, como es Urbi Villas del Prado?

“Cuando uno está acostumbrado al rancho se siente presionado uno, porque en el rancho tiene tranquilidad, pero aquí es diferente porque ya está a un lado de muchas casas y por más bien que se quiere portar uno, se pelea con el vecino, o vienen y se meten en los carros y no se quieren salir, una vez unos hombres entraron con un carro robado y se salieron corriendo tres hombres porque el camino no tenía salida y me cayeron los policías que porque estaba ahí”.

¿Cómo quedaron en medio de la urbe?

“Quedamos en embudo aquí. Aquí estamos desde 1957, mi padre aquí nació en el rancho, fíjese que nunca esperaba esto -quedar en medio de miles de casas-, pues ya ve que la ciudad está creciendo, pero no tan pronto y no pensamos que nos perjudicaría a uno, quedé en medio y no nos dejaron salida para afuera y quedó el canal ahí y no nos dejaron salida. Nos dijeron que era una orden de gobierno y traemos unos papeles porque según el arroyo es federal, pero uno lo que quiere es defender lo de uno, pues a pelear por lo de uno, porque ese arroyo es de nosotros, porque está en nuestro terreno”.

¿Le ha afectado estar en medio de la mancha urbana?

“No puedo ya hacer queso, porque nos dedicábamos a hacer queso y requesón, pero ahora como las vacas las soltamos se comen basura que tiran de las casas y no podemos hacer -quesos- con esa leche, porque no sabemos qué come la vaca y la gente se puede enfermar. Necesitaríamos hacer un examen a lo que es la leche de la vaca, porque no podemos ofrecer un producto que no sabemos si come basura la vaca, porque el ganado lo traemos suelto”.

¿En qué otra cosa le ha afectado que hayan construido tantas casas alrededor de su rancho?

“Nos afecta a nosotros desde con el ganado que come basura porque anda suelto, la contaminación de basura y cuando la quema afecta a la salud de los niños, porque tenemos cuatro niños chiquitos; un niño recién nacido, hay un niño de dos años, uno de tres, uno de seis. La lumbre que prenden para quemar el basurero, todo se viene para acá pues, ahí hay recolectores de basura del municipio, pero lo que pasa es que la gente que no quiere pagar y le dan una ‘feria’ a la gente que anda limpiando en pick up y la tiran a un lado de las casas, en el rancho de nosotros, porque esos terrenos son de nosotros”.

¿Veo que por el arroyo escurren aguas negras a un lado de su rancho?

“Eso nos perjudica porque el agua 'puerca' pasa por aquí, son aguas negras, no es agua de que lavan un carro, son aguas de drenajes y usted sabe cómo anda la salud, cómo andan las enfermedades y eso aquí no pasaba antes, esas aguas salen de las casas de Urbi -Villas del Prado- ellos tienen un canal -de tuberías- por donde debe de correr el agua, pero está roto”.

Fidencio Alvarado Arce dice que a pesar de los problemas que le ha traído el haber quedado en medio de miles de viviendas, no vendería la propiedad, pues es el lugar donde nacieron cuatro generaciones: su fenecido abuelo, su padre de 87 años, Fidencio, y sus cuatro hermanos y sus hijos. Dice que el amor que siente por la tierra es más fuerte que cualquier cantidad económica que les puedan ofrecer.

El rancho “Los 5 Hermanos” apenas se alcanza a ver entres las viviendas, pero el lugar se distingue entre el resto por la siembra de verduras y hortalizas y que tienen ganado.