Tijuana.- Por recortes del gobierno federal se redujo a una cuarta parte el número de académicos becados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en Baja California, reveló Abraham Orozco Lazcano, director general del Consejo Estatal de Ciencia e innovación Tecnológica de Baja California.
En 2020 no se liberaron apoyos para becas a académicos debido a la pandemia, activándose el programa en 2021 con solo tres becas de 12 que se tenían programadas en 2019, limitación de apoyos que aún prevalece.
El argumento de las autoridades federales ha sido la falta de recursos económicos para solventar la totalidad de becas que se otorgaron en años anteriores, compartió.
Orozco Lazcano inauguró la décima edición del Torneo Nacional de Robótica, evento efectuado en la Universidad Tecnológica de Tijuana (UTT).
En esta competencia participan 75 equipos conformados por siete mil participantes y mil asesores, de 15 estados de la República Mexicana.
Javier Santillán Pérez, rector de la UTT, precisó que los proyectos serán calificados con estándares internacionales y, a partir del doceavo concurso, el evento será de talla internacional.
El efectuar este tipo de concursos, “para nosotros representa el impulso que ha generado la Universidad Tecnológica en la educación, y en los procesos de producción en el estado, especialmente en Tijuana”, apuntó.
Santillán Pérez también habló del índice de deserción que registró esa casa de estudios durante el periodo de pandemia, el cual se determinó en un 3%.
“La deserción fue muy baja, porque hay un mecanismos para apoyar a los estudiantes que atraviesan por situaciones complejas, como fue el reforzar las tutorías y el área sociopedagógica, lo que permitió que la tasa de deserción fuera del 3%”, indicó.
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De una matrícula de cuatro mil 700, precisó que desertaron alrededor de 140 universitarios, cantidad que Santillán calificó como mínima.
Detalló que durante los dos años de pandemia, se desarrollaron tecnologías para innovar en el aula, lo que permitió transitar muy bien a las clases en línea, disminuyendo así el índice de deserción y, por ende, la reducción de grupos.
El hecho de que 75% de las clases sean prácticas y 25% teóricas, permite mantener el interés en los alumnos, dijo.
“No hubo mucha afectación, precisamente porque, al tratarse de una universidad tecnológica, todas las aulas tienen conectividad, acceso a Internet, y se desarrolló una plataforma para los estudiantes”, acotó.