Tijuana.- La rectificación de género en actas de nacimiento es una vieja lucha de la comunidad trans en Baja California y finalmente, luego de varios intentos, el pasado 27 de enero el Congreso local modificó el Código Civil para permitirla
Sin embargo, ¿esta reforma logra cumplir con las peticiones de la comunidad trans? Activistas consideran que no cumple con todas sus demandas.
LO QUE SE APROBÓ
Con 19 votos a favor y cinco en contra, el Congreso bajacaliforniano aprobó el dictamen de la Comisión de Igualdad de Género y Juventud para reformar los artículos 35 y 132 del Código Civil del Estado.
Esto permitirá que las personas soliciten una nueva acta de nacimiento acorde al género con el cual se identifican, sin mostrar intervención quirúrgica, terapias u otro diagnóstico o procedimiento médico.
Lo solicitará ante la dirección del Registro Civil estatal cualquier mayor de 18 años que considere que su identidad no corresponde al sexo asignado.
De igual manera manifestarán que es su convicción personal cambiar su nombre o percibirse con un género diferente al que aparece en su acta de nacimiento previa.
Las personas interesadas en este trámite deberán presentar la solicitud, una copia certificada del acta de nacimiento primigenia, comprobante de domicilio y copia fotostática de identificación oficial, como la credencial para votar con fotografía del INE.
NIÑES TRANS Y MIGRANTES, EXCLUIDOS.
Teresita Díaz Estrada, representante de incidencia política de la Comunidad Cultural de Tijuana LGBTI (Cocut), recordó que en 2018 se dio la primera rectificación de género en el estado y se hizo a través de la Comisión de Derechos Humanos.
“Hay muchas personas de nuestra comunidad trans que hacen rectificación de nombre y género. Pero es hasta los 18 años y ¿dónde están los niños, niñas y niñes? Se necesitan resoluciones de la misma manera, no puede violarle el derecho a un menor de las infancias trans” (sic).
Y agregó: “Para que las personas tengan su infancia y derecho reconocido, su identidad. Y libre desarrollo de la personalidad del pequeño. No nada más los adultos”.
Díaz Estrada señaló que la reforma también excluye a la comunidad migrante, pues solo personas originarias de este estado podrán realizar el proceso de rectificación de género.
ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!
“Eso es un gran problema para las personas que integran la población migrante. ¿Y qué tal son de Veracruz, tienen que regresar a su estado y no tienen derecho reconocido? Van a tener que tomar un avión, hacer la rectificación. Si no, se quedan aquí sin ese reconocimiento, aunque se consideren del estado. No se ingresó a la iniciativa y tenemos un alto porcentaje de personas LGBTI migrantes”, manifestó.
La activista celebró la reforma, aunque exige que avance y atienda a los sectores no incluidos: niñez trans y la comunidad migrante.
“Los derechos humanos son pro persona, pueden ir adelante, no ir hacia atrás. ¿Por qué los derechos de la comunidad LGBTI, tienen que llegar a las últimas instancias y a un tribunal para que se hagan los cambios? Las autoridades en los tres niveles de gobierno deben garantizar los derechos humanos y que sean progresivos, no negociables y no se consultan”, aseveró.
Por último, consideró que otra odisea para los integrantes de la comunidad tras concluir su proceso de rectificación, será homologar toda su documentación, como títulos universitarios, constancias de estudios, títulos de propiedad y otros documentos que tienen detrás procesos burocráticos muy lentos.
LOS PENDIENTES DE LA COMUNIDAD TRANS
Tita Viveros, fundadora de la Unión Trans de las Californias, por años fue una de las principales activistas en pro de la rectificación de género.
“Fue muy bueno que se aprobara, era una deuda histórica con la comunidad trans. Fue una sorpresa para mí que se aprobara a la primera, pero después de haberse aprobado el matrimonio igualitario creo que eso hizo un camino a esta reforma. Fue buena, cualquier victoria aunque sea a la mitad, es buena. Pero se pedirá más”, abundó.
Al pedir más, coincide con Teresita Díaz en qué grupos se quedaron fuera.
“Se pidió para toda persona y no aceptaron que beneficiara a infancias y adolescentes menores de 18 años. Hay mucha población trans menores de edad que siguen en desprotección. Lo que más le preocupa a nuestra comunidad trans son las infancias trans que siguen indocumentadas en su propio país”, lamentó.
La fundadora de la Unión Trans de las Californias aseguró que la sociedad mexicana aún tiene que reconocer otros derechos para la comunidad trans, así como reforzar la prevención de actos de discriminación y violencia.
“Los transfeminicidios y la discriminación que se sigue sufriendo. La reforma es un paso pero falta mucho por educar en cuanto a no fomentar transfobia, transmisoginia. Faltan que se ajusten leyes antidiscriminatorias en sector educación, laboral, vivienda, servicios. Porque la discriminación se nota más en el sistema de justicia, escolar, laboral y servicios médicos. Hay muchos transfeminicidios sin resolver y siguen pasando”, expresó.