Regionalismo y partidos políticos en Europa

Tras el proceso independentista en Cataluña, se ha registrado una situación muy tensa en Europa, comentó

  · sábado 19 de octubre de 2019

Juan Miguel Hernández

Jordi Canal, quien es profesor-investigador en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París y doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona, visitó Tijuana para ofrecer diversas conferencias sobre regionalismos y partidos políticos de Europa.

En charla con El Sol de Tijuana, el académico analizó el proceso independentista en Cataluña, y las recientes revueltas en Barcelona, tras la sentencia del procés.

El Sol de Tijuana: ¿Cómo está la situación en Cataluña luego de la sentencia del procés?

Jordi Canal: La situación está muy tensa, porque ha habido coches quemados, contenedores, se ha atacado sedes de gobierno, enfrentamientos con la Policía.

Era previsible que antes de más de un año, cuando las propias autoridades catalanas, dijeron que no iban a acatar la sentencia, que no la reconocía e iban a echarse a la calle e iban a animar a la gente a salir. De todas maneras creo que se las ha escapado de las manos.

Es posible que grupos de ultra izquierda, estén aprovechando para sembrar el caos, en todo caso están recogiendo lo que han estado sembrando. Crear el caos, y se les escapa de las manos.

ST: Al final de cuentas esto a las personas que están en contra del movimiento independentista, les es positivo.

JC: Se está viendo que la famosa revolución de las sonrisas que prometió el independentismo, no existe como tal y se ve lo que realmente es el movimiento independentista, en ese sentido está bien porque desmonta el argumento.

Esas personas no independentistas viven una situación de secuestro en su propio territorio. Es un momento complicado para ellos, porque no se sabe cómo va a terminar esto y qué actitud van a tomar unos a otros.

ST: ¿Se planea otro referéndum?

JC: Quim Torra hace mucho tiempo que ha perdido el rumbo, es un pobre tipo que le llegó de casualidad la presidencia de la Generalitat. Es un radical, es de las personas que ha estimulado el radicalismo. Plantear otra vez un referéndum o de ya constituir la constitución de la nueva república de Cataluña, es un salto adelante a la irresponsabilidad.

ST: Y Puigdemont en Bruselas.

JC: Él es el más interesado de que esto continúe, porque él está viviendo de nuestros impuestos, porque somos lo que le pagamos su estancia dorada, porque el día que esto se solucione, él no va a tener un papel para jugar y se ha reactivado la euroorden y vuelve a estar buscado por la europol. A él le interesa el conflicto.

ST: A nosotros en Latinoamérica y México, esto que pasa en Cataluña, no entendemos cómo operan los nacionalismos y regionalismos.

JC: El nacionalismo tanto catalán como vasco, tienen su origen al principio del siglo XX, es una larga historia, lo que ocurre es que el independentismo, dentro del nacionalismo había sido siempre minoritario.

En Cataluña hace 10 o 15 años eran menos de 15%, lo que se ha producido es qué pasó a 45% y que por las leyes electorales, son 55% en la representación, pensando en gobernar la autonomía o región, aunque no sean mayoritarios. Los independentistas quieren hacer creer que representan a toda Cataluña, pero son 45%, pero como controlan las instituciones, los medios de comunicación públicos, la escuela. Tiene una policía autónoma.

ST: Usted en uno de sus artículos compara el caso de Cataluña con el de Escocía.

JC: Tienen algunos parecidos y mucha diferencias. El referéndum de Escocía de 2015, se convocó básicamente porque Cameron pensó que era una manera de acallar el nacionalismo escocés y le salió mal, como el Brexit.

Los referéndums están muy de moda para defenderlos como una vía democrática más directa, pero estamos viendo que nos carga el diablo, porque la gente vota más con las tripas, que con el corazón y sin acabarse de creer lo que vota.

Son dos movimientos nacionalistas fuertes, Cataluña es una región mucho más rica, Escocia ha sido el núcleo del partido laborista y Cataluña más de derechas, aunque ahora ya no. Gran Bretaña no tiene constitución y España sí la tiene.

ST: En Latinoamérica este tipo de fenómenos no los hemos visto tanto, en Baja California surgió un movimiento separatista, donde el motivo fue la homologación del Impuesto al Valor Agregado.

JC: Es un fenómeno muy europeo en ese sentido, en casi todos los países de Europa se ha dado. Quizás a Bolivia el movimiento indigenista, pero no está ese elemento y se ha limitado más bien a un regionalismo cultural e indentitario o las reacciones frente a momentos concretos que eso también en Europa se ha vivido.

ST: ¿Aquí en México, no le damos tanto realce a las lenguas indígenas, cosa que sí sucede en Cataluña?

JC: El nacionalismo catalán considera que el idioma es uno de los pilares junto con la historia, por lo tanto siempre que ha tenido espacios de poder. En Cataluña no se puede escoger la lengua, hay que educarlos en Catalán y en estos momentos los niños, a la semana dan dos horas en Castellano, el resto en Catalán.

ST: ¿Cómo operó los regionalismos durante las dictadura de casi 40 años de Franco?

JC: Franco reprimió a los nacionalismos, tanto el Catalán como el Vasco. Es evidente que el franquismo una de las cosas que quería era acabar con los separatismo, la dictadura aceptaba un regionalismo folclórico como máximo, pero no aceptaba porque consideraba que era una de la decadencias de españa en los años 30 y que habían provocado la guerra civil.

ST: ¿A dónde cree que llegue todo esto, sobre todo ahora que vienen las elecciones en España?

JC: Hay gobierno provisional, y tiene facultades para actuar, no solo eso sino que las cortes provisionales tiene facultad de los artículos de la constitución que significaría intervenir en una autonomía. En el corto plazo el gobierno español va a tener que actuar, porque no se puede dejar una capital o una ciudad importante en Europa, con esos disturbios.

ST: Aquí en México se vende la idea de la decentralización, pero en la práctica la última decisión la toma el presidente.

JC: Es evidente, el modelo mexicano tiene una parte que permite la defensa de las regiones, pero sigue teniendo elementos de centralismo muy altos, no como Francia, pero sí muchos más altos que España. Es un caso intermedio.