Tijuana.- Los migrantes que pertenecen a la comunidad LGBT y permanecen en Tijuana enfrentan la incertidumbre de no acceder a servicios de salud, falta de empleo y bajos salarios, además de desapariciones forzadas y homicidios derivados de la homofobia, indicó Andrea Gaspar, cofundadora y miembro de la mesa directiva de Casa Arcoíris.
“El Título 42 mantiene en el limbo a la comunidad migrante LGBT, comunidad que incluye familias, niñas, jóvenes y adultos de la tercera edad, permanecer en México da limitadas opciones legales y arriesgadas en temas de seguridad para dichas personas”, explicó.
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En el tema de salud física y mental, acceder a estos servicios para los migrantes de dicha comunidad tiene pocas opciones, a pesar de los esfuerzos que realizan ciertos albergues y centros a pesar de su capacidad y recursos, mencionó Gaspar.
“Por la falta de oportunidades de empleo y bajos salarios, no se pueden atender dichas necesidades, trayendo como consecuencia una agraviante sobre la salud física y mental en una comunidad migrante sobreviviente de violencia extrema”, agregó.
Los migrantes de esta comunidad también enfrentan desapariciones forzadas y homicidios derivados de la homofobia, sin embargo, en pocas ocasiones obtienen resoluciones legales, y cuentan con nulo apoyo por parte de las autoridades, dijo la cofundadora de Casa Arcoíris.
“Además de sufrir discriminación en sus lugares de origen y durante su tiempo en México, lo cual crea condiciones idóneas para violación de Derechos Humanos, regresar es morir o vivir renunciado a sus Derechos Humanos como personas LGBT”, señaló.
Reiterando que para la comunidad migrante LGBT regresar a su país de origen no es una opción, la activista mencionó que las condiciones económicas, sociales y legales en sus países de origen no son aptas para vivir como personas de dicha comunidad.
“Las crisis crean desafíos violentos derivados de la homofobia, el racismo, el clasismo y el crimen organizado”, finalizó