Tijuana.- La pandemia por el virus SARS-CoV-2 agudizará el rezago educativo al que se enfrentan los estudiantes en las zonas marginadas, rurales e indígenas, principalmente, así lo aseguran ya especialistas en temas educativos e incluso los mis padres de familia.
El profesor e investigador del Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Marcos Reyes, señaló que las comunidades marginadas dentro y fuera de las zonas urbanas ya tenían un rezago educativo previo a la pandemia, el escenario para el siguiente ciclo escolar pudiera presentarse mucho más adverso.
El poblado de Santa Anita es un ejemplo de la situación del rezago educativo y las complicaciones que aún en el receso escolar siguen viviendo los poco más de 350 estudiantes de la zona.
La señora Brenda Pinto Caballero narró a El Sol de Tijuana cómo durante la emergencia sanitaria por el coronavirus, las escuelas se cerraron, pero también las oportunidades de aspirar a una vida mejor a través del estudio para los niños de este poblado, ubicado entre los municipios de Playas de Rosarito y Ensenada.
En principio se enfrentaron como comunidad a la falta de conexión a internet, entonces, lo más que se logró para que los niños tuvieran acceso a las clases en línea fue la compra de celulares inteligentes, el gasto diario en datos se calcula en 300 pesos por familia, ya que la mayoría de las casas en el poblado no tienen conexión a internet.
De acuerdo con la comunidad de padres de familia, 70% tuvo que hacer la compra de un teléfono inteligente, lo que representó un gasto severo para las familias más humildes, a lo que se suma la falta de conocimiento del uso de herramientas tecnológicas.
“El reto no solo fue para los estudiantes y maestros, de poder comunicarse, sino también de los padres para apoyar a los hijos, aquí la gran mayoría tiene estudios limitados”, dijo la residente del poblado, expresando cómo las complicaciones surgieron una tras otra.
La falta de recursos, tanto de las familias como de la comunidad, los hizo tener que apoyarse en donaciones para poder alcanzar los materiales que los maestros mandaban constantemente para el refuerzo de los conocimientos transmitidos en el programa “Aprende desde Casa”.
“Juntamos entre la organización de la comunidad y los americanos, que se sumaron en una donación, 250 mil pesos”, recordó Pinto Caballero, dinero que se destinó a la impresión de los cuadernillos de trabajo que les enviaban a los estudiantes, así como apoyo alimentario y económicos de 500 pesos a las familias.
Entre 300 y 400 pesos tendrían que haber dispuesto los padres por hijo cada semana, para que estos tuvieran los materiales que se les estaban enviando para asimilar las clases en línea o televisadas.
“Algunos maestros vinieron a final del mes pasado –junio– para recoger trabajos y solucionar dudas de los niños, esto podría ser una estrategia mejor, que vinieran una vez cada quince días o ya cuando menos una vez al mes, al menos con estos niños que ya de por sí tienen carencias”, manifestó Pinto Caballero.
Mencionó la señora Brenda que incluso ahora durante el receso escolar, maestros continúan mandando tareas y material a algunos estudiantes que pudieron haber tenido mayores dificultades para asimilar algunos temas de su grado en la educación a distancia, esto precisamente para que el rezago de los estudiantes no sea mucho.
“Los papás se volvieron maestros de un día para otro”, puntualizó el investigador Marcos Reyes, cuando en muchos casos estos padres no tienen más que los estudios básicos, dejándolos en una situación muy complicada al no poder auxiliar a sus hijos en las actividades escolares.
Catalino Zavala Márquez, titular de la Secretaría de Educación de Baja California, informó en el proceso del programa “Aprende en Casa”, que en la entidad, 98% de la matrícula escolar tenía acceso a los contenidos educativos, 2% que no, refirió que recibió cuadernillo por parte de la Conafe, zonas rurales, indígenas y de alta marginación.
No obstante, este 2% representa más de 50 mil estudiantes desde preescolar hasta educación media superior, mismos que verán disminuido su avance académico, ya que “el docente en el aula no podrá ser sustituido mediante aprendizaje en televisión, radio o Internet”, expresó el investigador Marcos Reyes.
Para concluir, el especialista mencionó que si bien se puede intuir, por las voces de los padres de familia, los maestros e incluso algunos expertos, que los estudiantes de manera general podrían estar presentando un rezago educativo en su paso al siguiente nivel, es la autoridad educativa la que tiene la responsabilidad de evaluar a los estudiantes en el siguiente ciclo escolar, con el objetivo de medir esta deficiencia que se pueda presentar y a la vez aplicar estrategias que solventen lo que se haya perdido.