Karina Torres/ José Luis Camarillo
Tijuana. "No hay cobijas y no hay agua" aseguró Noé Castañeda, uno de los migrantes integrantes de la caravana que fue trasladado durante la tarde del jueves de la unidad deportiva Benito Juárez a las instalaciones de El Barretal en la zona este de Tijuana.
Aseguró que, a pesar de que las autoridades afirmaron que reunía las condiciones para su estadía, él y su familia (entre ellos un menor de edad) pasaron frío durante la primera noche que pernoctaron en el nuevo albergue.
"Nos cayó agua cuando nos venimos y nos dijeron que aquí había cobijas y agua, pero no hay nada (...) está peor la condición; pasamos frío", afirmó Noé, quien viajó desde el Salvador junto con su familia hasta esta ciudad fronteriza.
Por su parte, Mayra Alejandra explicó que, luego de la lluvia que se registró a lo largo del día jueves y que arreció durante la tarde, las pocas pertenencias de la mayoría de los migrantes que recibieron como donativo se perdieron, por lo que actualmente requieren el apoyo nuevamente de la ciudadanía para hacerse de ropa y cobijas y pasar el resto de los días en el nuevo espacio habilitado por autoridades federales y municipales.
"Ahorita lo que nos hace falta es agua y comida, ropa también porque toda la ropa se nos mojó; dejamos colchonetas, ropa; todo lo dejamos allá mojado", apuntó.
Durante la primera noche que pasaron en el centro de espectáculos acondicionado como refugio temporal, muchos de los migrantes afirmaron que el frío fue mayor en comparación al que vivieron en la unidad deportiva, y pasaron la mayor parte del viernes esperando que les entregaran colchonetas y cobijas para poder instalarse.