Crisstian Villicaña
Tijuana.- Carlos N viene huyendo de Honduras, de la violencia causada por las pandillas, en específico las Maras, dueñas de casi todos los barrios, comercios y negocios, todo a base de la extorsión, con lo que las hacen casi suyas al recibir dinero cada semana, de acuerdo a lo narrado por el catracho.
"La mafia de las Maras ya no hay quien la detenga, es un problema que el gobierno busca poner un alto pero no puede, hay mucha violencia, corrupción, muerte, la gente tiene miedo, está cansada de vivir en un país así, un día cinco muertos, al otro día te toca a ti, a tu madre, los hermanos. Por eso llegamos mucha gente viajando, huyendo de nuestro país para buscar vida acá en Estados Unidos, nuestra gente está siendo obligada a salir de sus lugares, a cambiar sus vidas por la violencia, somos muchos los que estamos huyendo, pasando hambre, pidiendo raite a los camiones para llegar acá. Yo tengo esperanza de que me den asilo, yo fui amenazado varias veces de muerte por no querer ser parte, no cooperar con lo que me pedían, ellos querían que les regalará cigarros, licor, porque yo trabajaba en una licorería, pero no era mía, no podía yo hacer nada, hasta que decidí salir como muchos lo hacen", narró.
El joven de 26 años llegó hace un par de días a Tijuana, luego de una larga travesía por el territorio mexicano, en su camino, asegura, viene mucho centroamericano.
"Mucha gente no sólo de Honduras, también de El Salvador, Guatemala, casi todos por la misma situación se vienen, la violencia, la extorsión, no se puede vivir así, uno sólo quiere trabajar, formar una familia", concluyó.