Crisstian Villicaña
Tiijuana.- Como mexicanos sabemos que en los festejos la comida es indispensable, incluso, hasta las penas curamos con pan. Y es que en un universo gastronómico como el nuestro el buen comer se vuelve una pasión.
Para la celebración de la independencia, la cual en este año cumple su 209 aniversario, los platillos no deben faltar y unos que se distinguen por su cercanía con la gente son los llamados antojitos, hablamos de enchiladas rojas o unas flautas de carne deshebrada, qué decir de una tostada de cuerito o una gordita de chicharrón.
La llamada culpa por excederse un poco en estos manjares nacionales bien lo vale y muchos están dispuestos a subir unos gramos con tal de no dejar pasar un huarache con frijol, queso, nopal, aguacate y salsa.
ALGO PARA BOTANEAR
La frase en algún momento se deja escuchar "hace falto algo para botanear", es ahí donde también surgen sabores muy nuestros, con peculiares colores, olores que nos sirven para degustar un aperitivo después o antes de la comida.
Son muy clásicas en nuestro país, después de venderse en mercados, las semillas de girasol, pepitas de calabaza, tamarindos, dulces enchilados, acompañan escuelas, hogares, oficinas, bares, en fin, un dulce mexicano no pasa desapercibido por su rico sabor.
De igual forma que los antojitos, estos dulces y botanas no pueden faltar en el festejo de la Independencia de México, su arraigo en la sociedad y a su vez, su precio accesible, hacen de estas delicias una muy buena opción; incluso, se apoya al productor nacional que se dedica a producir estos dulces.
La idea es clara, en estas fiestas de independencia que la celebración sea de buen gusto y para ello, que mejor que nuestra gastronomía, nuestros sabores mexicanos.