Tijuana.- Juana Navarro se quedó a pocos metros de tener la oportunidad de volver a cruzar a Estados Unidos, luego de 20 meses de no poder entrar a territorio americano.
A pesar de acudir a la garita peatonal a acompañar a su hija que ingresó al vecino país, ella no pudo hacer lo mismo, pues no está vacunada por un problema médico, pero por el momento no tiene alternativa, por lo que tendrá que esperar para volver a reunirse con sus seres queridos que viven en la Unión Americana.
“No me vacuné, porque me dio una trombosis después del Covid, en enero. Me gustaría investigar, si hay alguna alternativa, quizás alguna prescripción de la doctora que dé la razón por la que no me he podido vacunar”, expresó.
El trago amargo que vivió Juana Navarro, contrasta con la experiencia de miles de tijuanenses que cruzaron la frontera este lunes 8 de noviembre, tras más de un año y medio de verse impedidos por las medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos.
“Me siento emocionado de pasar, esperemos que nos dejen para ver a la familia, ya tengo todo listo, tengo mi mamá enferma allá y tengo que aprovechar”, dijo el ciudadano Arturo Beltrán, que se dirigía a Santa Ana California.
A pesar de la expectativa que generó el levantamiento de las restricciones, este lunes las filas, tanto de automóviles, como de peatones, lucieron prácticamente desérticas, con tiempo de espera que no superaban los 45 minutos, de acuerdo a datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
“Es muy poca gente, cuando nosotros esperábamos que la línea estuviera bien llena, con el regreso de los que ya pueden cruzar. Es mucha menos gente, los lunes siempre estaba lleno”, dijo una comerciante de la línea internacional, quien prefirió no compartir su nombre.
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Al instante de cruzar por la vía peatonal, los agentes de CBP no solicitaban a los usuarios el pasaporte, únicamente les pedían tener a la mano el certificado de vacunación, medida que contrastaba en el auto, donde sí exigían portar el documento.
Desde la madrugada una decena de tijuanenses montó guardia en la famosa tienda Ross, sin importar el frío o la larga espera, con el fin de alcanzar las mejores ofertas.
EVENTO PROTOCOLARIO
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, en compañía de funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y México, celebraron la reapertura de la frontera, luego de tantos meses.
La mandataria estatal resaltó la importancia que tienen los cruces fronterizos para el desarrollo binacional, teniendo un impacto directo en la economía de millones de familias de Baja California y California, por las profundas relaciones que persisten en la región.
De acuerdo cifras que citó de la la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, hasta 2019 se registraban más de 114.2 millones de cruces anualmente, cayendo la cifra hasta 34 millones entre los meses de enero y agosto de 2021, lo que sin duda, dijo, ha cambiado el rostro de los negocios fronterizos.
Puntualizó el crecimiento demográfico de la región binacional, ya que se estima que, para 2025, habrá más de 25 millones de personas en el área que corre de norte a sur desde Los Ángeles, California, hasta Ensenada, Baja California, lo que implica un aumento creciente en la demanda de bienes y servicios.