Crisstian Villicaña
Tijuana.- Ha pasado más de un mes desde que colapsaron alrededor de 100 casas en el fraccionamiento Lomas del Rubí; desde entonces, muchos de los afectados no han podido ir a trabajar por temor a que les roben lo queda en sus hogares destruidos.
"Esa es la realidad que tenemos que vivir. Las autoridades están, pero aun así roban lo que queda: la madera, algunos aparatos, hasta la ropa, y por eso no nos movemos. Quiere irse uno a trabajar unas horas, y no hemos podido, ¿por qué? Porque se roban; no hay de verdad una misericordia para la gente que estamos sufriendo; al contrario, nos perjudican", platicó Martina Vargas, una vecina afectada.
La presencia policial en el área no ha sido suficiente para impedir que los amantes de lo ajeno se acerquen al lugar a ver qué pueden sustraer de los hogares hundidos por los movimientos de la tierra.
"Todos o casi todos dormidos en la calle; los hombres se turnan para vigilar, hacen fogata, así tenemos que estar, en constante vigilancia, y más en la noche porque hay más movimiento. Todo esto nos tiene detenidos; muchos ya perdieron sus trabajos por lo mismo: que no pueden separarse de aquí por miedo a perder lo poco que queda", agregó.
Muchos de los afectados, nos platicó la señora Martina, sobreviven de las donaciones. "Ahora sí que entre todos nos echamos la mano. Mucha gente ha venido y regala comida, cobija, alguna ropa; otros han aguantado con la ayuda que les dan sus familiares, pero las necesidades no acaban y no hay dinero para comprar", concluyó.