Tijuana, con 40% de decomisos de droga

En el aeropuerto de esta ciudad, se han incautado 365.5 kilos de marihuana, 209.5 kilos de metanfetaminas; de cocaína se han logrado recuperar poco más de 8 kilogramos, entre otros

  · lunes 16 de julio de 2018

Uriel Saucedo


Tijuana.- El Aeropuerto Internacional Abelardo L. Rodríguez de la ciudad de Tijuana, no solo destaca por haber sido considerado hace un par de años como el de mayor crecimiento en el continente americano, sino porque también es un punto importante para el tráfico de drogas, en el que, durante 2017, se logró decomisar cerca de 40% de toda la droga incautada a nivel nacional. Además de que, desde el 2017 hasta lo que va del 2018, se han logrado asegurar cientos de kilogramos de droga ilegales como marihuana y metanfetamina, así como miles de unidades de psicotrópicos y pastillas de fentanilo; esto, en operativos a cargo de la policía federal y el ejército.

Sobre esto, la Procuraduría General de la República indicó que, entre 2017 y lo que va del 2018, se han registrado los siguientes decomisos dentro del aeropuerto: 365.5 kilos de marihuana, 209.5 kilos de metanfetaminas; de cocaína se han logrado recuperar poco más de ocho kilogramos; y de heroína, la cantidad de 33 kilos con 480 gramos. En el caso de los psicotrópicos, durante este lapso se decomisaron 110 mil 883 unidades y dos mil 970 pastillas de fentanilo, así como 19 litros de ketamina en ampolletas.

La mayoría de estos hallazgos se han dado en el área de paquetería del aeropuerto, donde ha logrado detectar el traslado de drogas a través de diversos objetos, como son refacciones para autos, consolas de videojuegos, tabletas electrónicas, libros, rollos de papel para diseño, hieleras, cepillos para peinar, y, en algunos casos, por medio de personas que trabajan como “mulas” y adhieren la droga a su cuerpos, tal es el caso de dos mujeres que fueron puestas a disposición del Ministerio Público federal cuando, en mayo de este año, se les detuvo al llegar al aeropuerto de Tijuana provenientes de Culiacán, Sinaloa, mismas que traían pegados en el área de los glúteos algunos paquetes que contenían dos kilos de heroína.

Con respecto al uso de personas para el traslado de drogas, el director del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tijuana, César Daniel Ramírez Acevedo, explicó que, una vez que las personas son detenidas en posesión de alguna sustancia ilegal, son presentadas ante el Ministerio Público federal y, en caso de encontrarse alguna responsabilidad, son turnadas con el juez de distrito para determinar si la detención fue legal para, a partir de ahí, hacer la vinculación a proceso que se lleva a cabo en el Cereso.

Sin embargo, a partir del Sistema Penal Acusatorio, muchos de los presuntos responsables pasan algunos días dentro del centro de reinserción y posteriormente, se les permite llevar el proceso en libertad; actualmente, se encuentran cerca de 40 personas al interior del Cereso viviendo su proceso en espera de una sentencia, de los cuales la mayoría fue detenida a partir del sistema tradicional penal.

Detalló que cerca de 90% de detenidos son personas que llegan a Tijuana procedentes de otros estados de la república, como son Michoacán, Guerrero, Jalisco y Sinaloa. También, agregó que, se ha observado que la mayoría de personas que ingresan al Cereso tras ser detenidas en posesión de sustancias ilícitas son mujeres, quienes aprovechan una cirugía plástica para intentar engañar a las autoridades indicando que se han hecho algún implante cuando lo que llevan en realidad es algún tipo de droga escondida.

Esta misma situación, en donde mujeres son utilizadas para el tráfico de drogas, se repite en Tijuana, cuando se reclutan personas para trasladar droga hacia Estados Unidos, así lo relató quien, por cuestiones de seguridad, será llamada Claudia “N”. Ella se dedicó por varios años a reclutar mujeres que por 500 dólares aceptaban trabajar como “mulas”.

Informó que, cuando le encargaban un “trabajito”, contaba con un grupo de entre cinco y siete mujeres, a las cuales se les pagaba entre 300 y 500 dólares, además de viáticos y compras en alguna plaza comercial; ninguna de las contratadas conocía a las demás y a cada una se le pedía que sacara un permiso para viajar a alguna parte en específico de la Unión Americana; todas eran citadas a la misma hora para que comenzaran a hacer fila por la garita de San Ysidro.

Detalló que, una mujer más cruzaba al mismo tiempo que el grupo de mujeres para cerciorarse que ninguna se robara la mercancía, la que regularmente era un kilo. El tipo de droga que se cruzaba variaba, pero principalmente era cocaína. A esa mujer que fungía como guardiana se le pagaban cerca de 700 dólares por realizar dicha tarea.

Por otra parte, para evitar que algo pueda salir mal, siempre ponían a una mujer del grupo como chivo expiatorio sin que la afectada supiera que su detención era parte del plan. Claudia N comentó que eso lo hacían para que, a partir de la distracción que conllevaba su detención, las demás chicas pudieran cruzar sin contratiempo. Asimismo, mencionó que, del lado americano, el contacto, quien también era mexicano, las esperaba en un cuarto de hotel en donde realizaban el intercambio.


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