Juan Miguel Hernández
TIJUANA, BC.- No fue un domingo cualquiera en la ciudad. Tijuana se vistió de manteles largos para ser anfitriona del segundo debate presidencial, se convirtió en epicentro político. Mostró su mejor cara, aquella que desde hace meses estaba en el olvido, dolida por los altos niveles de violencia e inseguridad registrados el último año.
Desde muy temprano se sentía que algo especial estaba pasando. No había que circular por Otay, cerca del campus de la UABC, para saber que este 20 de mayo no iba a ser un día normal. Claro, no podía faltar el taquito de birria o de camarón enchilado, pero eso sí, la pregunta obligada era: ¿Dónde verás el debate?
La espinita seguía clavada en la frontera; los Xolos, el equipo de casa, no pasó a la final, decepcionaron a más de un tijuanense que tras el triunfo del equipo local en la semifinal de ida había planeado su propio “megamaratón” familiar frente al televisor. Era un plan estupendo, juego a las 17:00 horas y debate a las 19:30. Finalmente, solo se realizó la segunda parte del plan. Aquel fronterizo que tenía que ir al otro lado a hacer su mandado o visitar algún familiar lo hizo muy temprano. Sabía que a más tardar a las 18:00 horas tenía que estar de regreso en Tijuana, para no perderse ningún detalle del debate.
Otro epicentro
El epicentro de la vida política de México era Calzada Universidad 14418, en TIjuana, mientras otro epicentro, el de un sismo en Guerrero, fue el preámbulo que no permitió a miles observar el arranque del encuentro.
En las instalaciones de la Universidad Autónoma de Baja California se dieron cita los cuatro candidatos para debatir sobre el derecho de los migrantes y la seguridad fronteriza. Más de 700 elementos del Estado Mayor Presidencial, Policía Federal, Gendarmería y Policía Estatal resguardaban la zona ante los manifestantes y simpatizantes que acudieron al Campus para buscar ser escuchados por alguno de los aspirantes a dirigir el país los próximos seis años.
A escasos cuatro kilómetros de distancia de donde se realizaba el debate, en la Casa del Migrante, se cobijaban 200 connacionales repatriados, en su mayoría de nacionalidad mexicana, pero que sirve también como refugio a decenas migrantes centroamericanos y haitianos que pernoctan en la ciudad mientras son recibidos por las autoridades de Estados Unidos, para realizar la solicitud de asilo político.
A diferencia del entusiasmo patente en gran parte de Tijuana, en esta pequeña casa de la delegación Otay no era prioridad escuchar a los candidatos. A la misma hora que daba inicio el debate, se iba a oficiar la misa dominical, cita impostergable para los migrantes católicos, que tienen fe en Dios para conseguir una mejor vida.
La cara opuesta de la moneda se vivía en la Zona Río de Tijuana, el corazón económico de la frontera, varios bares del área ofrecían promociones en cervezas y comida, a cambio que vivieran la experiencia del segundo debate en sus instalaciones.
En la misma Zona Río, en un conocida cadena de hoteles, acudieron cerca de 200 simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional, que con rechiflas y abucheos mostraron su desagrado por Anaya y López Obrador cuando estos fueron presentados, así como cada vez que tenían alguna participación, en cambio una ovación y los aplausos se hicieron escuchar cuando el rostro del candidato José Antonio Meade, apareció en las cuatro pantallas del recinto donde se dieron cita.
Por otra parte, risas de burla llenaron la sala cada vez que el abanderado de la Coalición “Juntos Haremos Historia” hacía referencia en que iba arriba en las encuestas, hasta el punto que llegaron a aplaudir algunas de las respuestas que llegó a dar Anaya contra el candidato de Morena. Por momentos, se percibía que los asistentes estuvieran disfrutando un espectáculo cómico.
En la llamada Casa Morena el ambiente fue de aplausos a cada intervención del candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, y abucheos para sus contrincantes. En el sitio, el partido aprovechó para la venta de playeras con el logotipo del partido, y asistentes usaban trompetillas y otros artículos para crear algarabía.
Lejos de donde estaban el PRI y Morena, en la sede del Partido Acción Nacional en Tijuana, poco más de tres mil simpatizantes del partido blanquiazul se dieron cita en la sede del partido para observar el debate y vitorear a su candidato Ricardo Anaya. Durante el debate hubo gritos de aliento y risas ante las respuestas y reacciones de los candidatos. En todo momento los simpatizantes apoyaron y aunque se percibía una ligera amenaza de lluvia, esta no se presentó.
A las 21:35 horas finalizó el histórico debate. El primero que se realizaba fuera de la Ciudad de México, a más de 3 mil kilómetros de distancia de la capital del país. A partir de este lunes, la vida en Tijuana regresará poco a poco a la normalidad. Los cuatro candidatos habrán ya dejado la ciudad, sin fecha de retorno. El 20 de mayo quedará marcado en la historia de esta frontera, la más visitada del mundo.