Ocho albergues y otras comunidades vulnerables se encuentran en lista de espera para ser atendidos por la fundación Tijuana Sin Hambre, asociación civil dedicada a la preparación y donación de alimentos, indicó su fundadora y presidenta, María Eugenia Riqué.
“Tenemos albergues en lista de espera que ojalá podamos cubrir, la necesidad siempre va a estar ahí, pero estamos tratando de poder atender a las más personas que se pueda”, dijo.
Señaló que a donde no han podido llegar es por falta de recursos, insumos y tiempo.
“Ocupamos más recursos en especie, (necesitamos) que se sumen proveedores, empresas, restaurantes, para poder cocinar más. Porque ya la estructura la tenemos, nos faltan los recursos en especie”, añadió la presidenta de la fundación.
Mencionó que requieren mayores donaciones de proteína como pescado, pollo y res, por lo que llamó a restaurantes a donar sus mermas, así como a empresas proveedoras de alimentos para que les vendan productos a un precio menor.
Este jueves la fundación Tijuana Sin Hambre cumplió un año de entregar tres mil 100 comidas diarias a 19 albergues de personas en contexto de movilidad, adultos mayores e infantes, así como 350 comidas para personas en situación de calle.
Tijuana Sin Hambre inició en abril del 2020 entregando despensas para las personas que habían perdido su trabajo o enfermaron durante la pandemia de Covid-19, contó María Eugenia Riqué.
Desde entonces, dos mil 500 voluntarios han trabajado para alimentar a más de un millón de personas en el último año, añadió.
“Hemos crecido muchísimo, pero es el resultado de un esfuerzo binacional, de un esfuerzo de la sociedad tijuanense”, dijo.
Mencionó que entre los retos que han enfrentado en el último año, como otros albergues y asociaciones civiles de la ciudad que reciben donaciones del extranjero, es la baja del tipo de cambio y el aumento de precios a causa de la inflación.
“Los donativos siempre son un reto, estamos tratando de sobrevivir como cada asociación civil que se enfrenta a los retos de donantes (…) Nuestros donantes vienen de Estados Unidos, entonces en el tipo de cambio es donde se nos ha perdido”, declaró Riqué.
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Verónica Alvarado, cocinera de la Fundación, llamó a la ciudadanía para que se acerquen a la cocina comunitaria como voluntarios, además de donar comida y recursos para continuar alimentando a la población vulnerable.