Tijuana.- En diversos cruceros de la Zona Río se pueden observar niños de entre los seis y 14 años de edad que, entre malabares, “animan” a los miles de automovilistas que diariamente transitan por estas calles.
El semáforo cambia a rojo y los carros se detienen en el lugar. Inmediatamente un niño, tal vez de 13 años de edad, toma de la mano a otra niña, de unos seis años de edad, y al frente de los carros empieza el adolescente a realizar malabares con unas pelotas de goma entre sus manos.
La pequeña, al tercer intento del mayor, avanza lentamente entre los carros, acercándose a uno y a otro a su izquierda y a su derecha, extiende un poco una mano, a la espera de apoyo económico.
El niño ha terminado su “show” y también circula entre los carros esperando que alguno de los automovilistas le otorgue algo de dinero. En esa ronda, solo tres personas en sus vehículos respondieron a los niños malabaristas.
Como estos dos infantes, otros tantos se pueden observar entre las calles más transitadas de la ciudad, haciendo malabares o vendiendo dulces, aunque el Sistema de Desarrollo para la Familia (DIF) de Baja California refiere que la cantidad de niños que han sido vistos en las calles trabajando no puede ser contabilizado de manera estricta, ya que es un fenómeno social multifactorial, en el que la población está en constante movimiento.
A los infantes, en su mayoría los acompañan siempre una o dos mujeres no mayores de 40 años de edad, quienes también venden algunos artículos como dulces, chicles y paletas de caramelo macizo. En algunos casos, estas mismas mujeres llevan otro bebé a cuestas, y aun así continúan laborando en los cruceros.
Al abordarlos y preguntarles por qué se encuentran en ese lugar trabajando, los niños suelen decir que es porque no tienen para comer, respuesta que concuerda con las entrevistas que el personal del DIF Baja California realiza y reporta en sus escritos de las intervenciones en espacios públicos, donde son detectados infantes laborando con o sin acompañante.
Solo una niña de seis años ha sido retirada de las calles por personal de seguridad y llevada al DIF BC en lo que va de la administración estatal, por encontrarse sola en la calle.
Blanca Estela Fabela Dávalos, presidenta de la paraestatal, recordó el caso de la pequeña que fue atropellada en el mes de diciembre del año pasado cuando deambulaba en las calles de Mexicali.
Asimismo, la funcionaria planteó que la hipótesis de las autoridades es que la menor llegó a la ciudad en condición de migración, con personas que no eran sus familiares directos. Al pedir caridad se les perdió y al darse cuenta de que fue atropellada ya no se acercaron a identificarla.
Si bien no se ha tenido un caso similar, el DIF estatal sí ha recibido bajo custodia temporal a niños que fueron encontrados en situación de calle por elementos de seguridad y puestos en resguardo por un juez calificador, hasta que algún familiar se hiciera responsable de ellos.
“Nosotros no los recogemos de la calle, a menos que los encontremos pidiendo caridad y no traigan una persona adulta responsable de ellos. Quien normalmente los hace llegar a los albergues del DIF BC son los policías municipales y jueces calificadores”, manifestó la presidenta del DIF estatal.
El DIF de Baja California inició desde el mes de diciembre de 2019 una actividad denominada intervención pública, en la que el personal acude principalmente a los cruceros de los municipios para detectar a los niños que pudieran estar trabajando o pidiendo caridad, advirtiendo a los padres o tutores que los traen en estas actividades, ya sean remuneradas o no.
“No se vuelven a ver en el mismo crucero esa misma semana”, aseguró la presidenta del DIF Baja California.
Sin embargo, el DIF estatal ha detectado que la mayoría solo cambia de zona, e incluso de ciudades en el estado, para no ser detectados nuevamente por la autoridad.
“La justificación de los tutores es que están buscando comida, o procurando recursos para poder comer, siempre es lo mismo que nos dicen, entonces les ofrecemos los apoyos gubernamentales”, añadió la presidenta Fabela Dávalos.
En México, la Ley Federal del Trabajo dicta que permitir el trabajo de menores de edad podría implicar penas de uno a cuatro años de prisión y multas de hasta cinco mil Unidades de Medida de Actualización (UMAS).
En Baja California, los padres, tutores o adultos que sean identificados permitiendo el empleo infantil, son advertidos verbalmente en principio, y de ser reincidentes, los jueces calificadores tienen la facultad de retirar a los menores y ponerlos bajo resguardo del estado, mediante el Sistema DIF.
La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) recoge en su texto TRABAJO INFANTIL, TRABAJO FORZOSO Y EMPLEO JUVENIL Perspectivas y acciones del sindicalismo de las Américas del 2017, que en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (Inegi) “los esfuerzos por erradicar la explotación de niñas, niños y adolescentes necesitan redoblarse urgentemente”.
Lo anterior, debido a que en el 2013 se estimó que 43.1% de las niñas, niños y adolescentes que trabajaban no asistía a la escuela; que 61.7% estaban contratados por un familiar y 31.5% se encontraban expuestos a riesgos en su trabajo. Los sectores en donde más trabajaron en ese año fueron, en orden descendente: agropecuario, comercial, servicios, manufacturas, construcción y otros no especificados. También reportó que la gran mayoría de ellas(os) percibía ingresos inferiores a dos salarios mínimos, mientras que 20% no recibía salario.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil del 2019, del total de infantes y adolescentes que trabajan y que se tiene registro en México, el 56% lo hacen con o bajo la supervisión de un adulto con el que tiene una relación de parentesco.
Entre las ciudades de Tijuana y Mexicali son 308 niños y adolescentes menores de 16 años de edad los que se encuentran en resguardo del estado en los albergues temporales del DIF Baja California por situaciones que van desde el abandono, violencia familiar, y adicciones de los padres, pero “son muy pocos los que están ahí porque fueron detectados trabajando”, dijo la licenciada Fabela Dávalos.
A través de la Unidad Operativa contra la Violencia Doméstica de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM) se realizaron recorridos, previos a la Navidad, para identificar a los menores que “son explotados vendiendo dulces, realizando acrobacias o pidiendo dádivas a los conductores”.
En comunicado de prensa, el municipio informó que los recorridos se realizaron por las principales vialidades de la Zona Río, entre la avenida Paseo de los Héroes y bulevar Cuauhtémoc, abordando a la población con las características mencionadas. Se detalló de la intervención con una mujer y cuatro menores, a la que se le solicitó poner en resguardo a sus hijos en su hogar.
El encargado de despacho de la SSPCM, Juan Valdes Moreno, exhortó a la comunidada a denunciar estas prácticas al número de emergencias 911 para evitar que los niños y adolescentes estén en riesgo entre los automóviles, y en esta época de pandemia, al contagio del Covid-19.