Los cientos de rutas de transporte público que hay en Tijuana no abarcan totalmente las necesidades en dicho aspecto, sin embargo generan un caos desmedido en las vialidades principales debido a que es en éstas donde se concentra la mayoría de taxis y calafias.
Al respecto, el líder del Eje de Movilidad del Consejo de Desarrollo de Tijuana (CDT), ingeniero Gabriel Vizcaíno explicó que históricamente en la ciudad se ha generado una sobrecarga de rutas en unas cuantas vialidades que convergen en el crucero de la 5y10 o el Centro.
“Son bastantes rutas pero muchas de ellas pasan por los mismos lugares; las autoridades han dejado que se vuelva un negocio y no un servicio que deben brindar. A los concesionarios les dan una ruta, pero estos quieren aquella donde hay más tráfico porque es donde les resulta más rentable”, indicó.
Puso en contraste que al existir una idea popular de que en zonas como el hipódromo o la Chapultepec sus residentes tienen carro, no es necesario que tengan acceso a transporte público, siendo que hay personas que no tienen automóvil propio que acuden a trabajar allí desde zonas de la periferia de la ciudad.
Otro ejemplo, indicó, es la zona de Playas de Tijuana en donde el transporte público solucionaría los problemas de aglomeración vehicular y tiempos de traslado de sus residentes, sobre todo implementando una opción masiva en lugar de taxis o calafias.
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Al igual puntualizó el que zonas altamente pobladas como Natura cuentan con una sola ruta masiva; mientras que en el Valle de Las Palmas o Delicias también carecen de ese tipo de opciones, las cuales son solventadas por calafias o taxis que en muchos de los casos invaden rutas.
“Hay que decirle al permisionario que atienda esas rutas, tal vez no sea muy atractiva porque no hay suficiente demanda, sin embargo ante eso se pueden manejar tarifas más altas que en el promedio, e incluso otorgarles más de una ruta para que tengan rentabilidad”, comentó el ingeniero Vizcaíno.
Sostuvo que la alcaldesa electa de Tijuana, Montserrat Caballero deberá asegurar que el Instituto Municipal de Planeación (Implan) trabaje de la mano con el IMOS a nivel estatal, para orientarlos sobre las necesidades de transporte en función del crecimiento de la ciudad, y así evitar desorden urbano por no sujetarse a lo que marca el Plan de Movilidad Urbana Sustentable (Pimus).
“Habrá rutas que no sean muy atractivas, pero el servicio debe ser para todos y eso no es responsabilidad de los concesionarios, sino del Gobierno estatal, que ahora a través del IMOS podría encargarse de cubrir esas rutas que no tienen cobertura”, concluyó.