Tijuana.- Basura, malos olores, calles y puentes en mal estado, son algunos de los problemas que viven diariamente las más de 20 mil personas, locales y turistas, que cruzan por la garita peatonal de San Ysidro.
Tan solo durante 2022, seis millones 678 mil 157 personas utilizaron esta entrada al vecino país, según estadísticas del Departamento de Transporte de Estados Unidos.
Una de esas personas es Hortencia Gastélum, de 71 años de edad, quien cruza al menos tres veces por semana.
Señaló que por su edad le cuesta caminar y el mal estado de las calles la mantiene alerta.
“Están con baches, y normalmente cuando uno va caminando y es de la tercera edad, no tienes tanto balance”, dijo.
En el transcurso del día las inmediaciones de la garita están vigiladas por elementos de la policía municipal, por lo que Gastélum se siente segura, pero esto cambia si tiene que transitar durante la noche por la falta de alumbrado público en el corredor principal.
“Más adelante, cuando está cerrada esa farmacia, está oscuro todo ese pedazo. Por eso es que da miedo, la iluminación es muy importante. Por seguridad, si se me hace tarde mejor ya no me vengo”, contó.
Esta no es la única entrada California-Tijuana, pero sí la más transitada y también la que presenta mayores problemas.
La garita de Otay Mesa es menos utilizada y quienes lo hacen cruzan a Estados Unidos por motivos laborales; en el 2022 fueron dos millones 710 mil 327 personas, según el Departamento de Transporte de ese país.
Abigail Reyes vive en Tijuana y labora en California como muchos otros ciudadanos, y relató que la mayoría del tiempo utiliza este puerto internacional por la cercanía con su centro de trabajo.
Y a excepción de las largas filas de espera para cruzar que hay en ocasiones, “no hay mucho que decir” en cuanto a la infraestructura, comenta.
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Pero respecto a San Ysidro, Reyes consideró que la basura es uno de los principales problemas, así como la presencia de personas en situación de calle que pernoctan en la zona.
“Aquí en San Ysidro la fila es meramente trabajo o turista, entonces siento que por eso se satura más, lo que está ocasionado la suciedad”, añadió.
Hortencia Gastelúm también se quejó de los malos olores que emanan de escurrimientos de agua que corren junto a la estación del Sistema Integral de Transporte Tijuana (SITT).
En un recorrido realizado por El Sol de Tijuana se pudo constatar que personal del Ayuntamiento acude a limpiar el área y hay varios botes para basura.
Hortencia contó que en ocasiones utiliza el paso peatonal por El Chaparral, pero generalmente lo evita a causa de las personas en situación de calle en los alrededores.
“Se me hace más seguro aquí (San Ysidro), y no porque le hagan a uno algo, simplemente por el vocabulario, agreden verbalmente”, relató.
El pasado 9 de enero la garita peatonal El Chaparral reabrió en un horario reducido y para llegar a esta puerta desde San Ysidro, los peatones tienen que cruzar un largo puente, un par de calles en mal estado y sin señalética visible para quienes no conocen el camino.
“Es importante por lo menos que tuvieran un guía, porque sino así se va uno, por la buena de Dios. No hay señalamientos y eso es muy importante porque hay gente que se pierde”, agregó Hortencia Gastélum.
Ante estas deficiencias, el director del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana (Cotuco), Juan Coronado Ruiz, mencionó que trabajan con las delegaciones Zona Centro y Otay-Centenario para hacer algo al respecto.
Señaló que en coordinación con la primera y estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), planean campañas de limpieza, mantenimiento y reforestación.
Opinó que el andador turístico que conecta la garita de El Chaparral y la avenida Revolución “es lo crítico”.
“Prácticamente es el andador donde hemos trabajado, es El Chaparral, el puente, que es un puente con condiciones de basura. La gente a veces hace sus necesidades en ese puente”, añadió Coronado Ruiz.
El Ayuntamiento de Tijuana está realizando adecuaciones en ambos puertos de entrada a Estados Unidos.
En San Ysidro están ampliando las banquetas para tener cinco carriles de cruce regulares y uno de Sentri, con una inversión de siete millones de pesos, según un comunicado del municipio.
La primera etapa finalizó este mes con la instalación de una división tubular y una estructura metálica para evitar que las personas ingresen al inicio de las filas cuando la espera es muy pesada.
Esa infraestructura también pretende evitar a los llamados “gaviotones”, personas que cobran por “meter” por la fuerza personas al frente de la fila.