Tijuana.- Tres días después de que cerrara la clínica donde recibía el tratamiento con metadona, Rogelio González empezó a sentir ardor en el cuerpo y a sudar de forma descontrolada.
La sensación por la abstinencia, comúnmente llamada “malilla” por los usuarios de drogas, era insoportable y la única alternativa fue buscar heroína luego de casi cinco años de no consumirla.
Sin embargo, la única alternativa que encontró en medio de la escasez de la metadona ocasionada al parecer desde la suspensión de un prominente laboratorio del país que la elabora, fue el fentanilo.
“Tuvimos que buscar cómo quitar la malilla. Fui a la conecta (sitio de venta de drogas) y compré una dosis, pero ya no nos están dando heroína, es fentanilo, que es peor porque es un ardor muy feo en el cuerpo. Te produce eso y te hace sentir como borracho”, describió.
Rogelio (nombre ficticio) viste una chaqueta que oculta parte de las marcas en sus brazos producto de más de 15 años de consumir heroína.
Asegura que su vida actual, lejos de las drogas y con un trabajo que le permite mantenerse, depende de seguir con el tratamiento de metadona.
“No quería consumir, ya no tengo ni venas. No quiero otra vez caer, mira cómo se me hinchan las manos. Pero es difícil porque la malilla de la metadona es más fuerte, quema por dentro”, contó.
Luego de la experiencia vivida por espacio de cuatro días, supo que había metadona en los Centros de Integración Juvenil (CIJ), a donde acude cada dos días para mantener una vida que le permita trabajar y seguir viendo a su familia.
“Gracias a Dios que no cerraron la clínica, conozco a varios que fallecieron porque no aguantaron la malilla. La onda es salir de esto, retirarme. No quiero llegar a mi vejez y seguir con la metadona, di un paso y ya no usé heroína”, comentó.
Desde hace por lo menos dos meses clínicas y organizaciones civiles de Tijuana, reportan que ya escasea la metadona.
Las consecuencias para los adictos a la heroína han sido la interrupción de su tratamiento, desencadenando recaídas.
EL PROBLEMA
De acuerdo con Lilia Isabel Pacheco, coordinadora general de Prevencasa, asociación que trabaja desde 2007 con usuarios de drogas inyectables en la colonia Zona Norte, el problema se ha venido agudizando en semanas recientes, incrementando el peligro por sobredosis e infecciones como VIH y Hepatitis C.
“Las personas están consumiendo heroína y fentanilo, algunos prefieren inhalar o aspirar el fentanilo para no inyectarse, pero el riesgo de sobredosis existe”, expresó.
Mencionó que ante la falta de metadona clínicas privadas suspendieron tratamientos y algunos de esos pacientes fueron atendidos en el Centro de Integración Juvenil (CIJ), pero muchos volvieron a consumir porque no es fácil ir a esas instalaciones en fraccionamiento El Soler.
“En CIJ suspendieron tratamiento a quienes hayan faltado unos días. Ejemplo los que fueron detenidos por la Policía y llevados a la ‘20’ (Estancia Municipal de Infractores). Tampoco están aceptando pacientes de primera vez o de reingreso”, comentó.
La coordinadora de Prevencasa lamentó la recaída de pacientes por la escasez de metadona y lo difícil que puede ser salir adelante de nueva cuenta sin este medicamento.
“No hay forma de ayudarlas a un tratamiento de mantenimiento con opioides, no hay manera”, afirmó.
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¿QUÉ OPCIONES HAY?
“Una es dejar de consumir, que es súper difícil, es imposible dejar de consumir solito y estar en casa. O los que están en calle, quedarse en calle con todos los síntomas del síndrome de abstinencia. Esa opción es nula, nadie puede dejar de consumir, especialmente cuando no tienes redes de apoyo, ni una casa y alguien que te pueda ayudar a atender otros síntomas. Internarse en un centro de rehabilitación, que es muy difícil, no es imposible, es la única opción”, apuntó Lilia Pacheco.
El síndrome de abstinencia, que puede ser muy largo, incluye dolor de huesos, diarrea, dolor de cabeza, lagrimeo, dolor de estómago, entre otras cosas.
“Es por eso que de acuerdo a todas estas complicaciones, prefieren mantener el consumo de heroína o fentanilo, aunque muchos quisieran heroína, tampoco hay disponibilidad de heroína de goma. Por eso es que tienen que optar por fentanilo y es mucho más riesgoso el consumo de fentanilo que de heroína. Hay más riesgo de pasar de esa dosis que ya le puede ocasionar otros síntomas como depresión respiratoria o la muerte”, expuso.
Por su parte, la co-directora de Alianza para la Salud de las y los Refugiados A.C, Psyche Calderón, coincidió en que las alternativas son complejas para los pacientes que requieren metadona para tratamiento.
“En este momento vemos los estragos, mucha gente con sobredosis y usando heroína y fentanilo. Hay otros opioides menos convenientes y más caros, más difíciles de conseguir, pero no están realmente indicados por las guías de práctica clínica ni tienen estudios que validen su uso como sustituto de metadona”, agregó la co-directora de la Clínica de Resistencia en Salud.
Actualmente los CIJ aún cuentan con metadona, aunque su inventario podría durar solo hasta junio, de acuerdo con Raúl Palacios Lazo, director de Centros de Integración Juvenil Tijuana Soler y de la Unidad de Tratamiento para Usuarios de Heroína.
“Se espera pueda tener solución rápida el desabasto, porque si no, en nuestro caso no vamos a contar con el producto. Está garantizado dependiendo la cantidad de medicamento que prescriban diario. Dónde está la parte principal y la cantidad de pacientes necesaria que no nos provoque desabasto en un tiempo más corto”, explicó.
Y aunque destacó los efectos positivos del tratamiento con metadona para adictos a la heroína y el fentanilo, en el actual contexto de escasez aseguró que hay alternativas viables que les pueden permitir rehacer su vida sin el riesgo de caer de nueva cuenta en el consumo de drogas para contrarrestar el síndrome de abstinencia.
“No quiere decir que esa población queda totalmente desamparada. Es sensibilizar a esa población usuaria de drogas de que hay otras opciones a las cuales pueden llegar, aunque muchas de las veces no se ha acomodan a las expectativas que tiene la población”, apuntó.
Palacios Lazo considera necesario fortalecer alternativas como los centros de rehabilitación o la hospitalización para tratar los efectos por el síndrome de abstinencia.
“Si llega un tratamiento y se disminuye en 80% la molestia de esa ‘malilla’, la situación es que hay que decirle a la persona lo que va a ocurrir: se van a mitigar muchas de las molestias, pero siempre estando bajo la prescripción y asesoría de un médico”, detalló.
Precisó que el panorama actual de escasez de metadona en las clínicas y del limitado inventario en el sector público, derivó de que el proveedor (Psicofarma), está bajo observaciones que tiene que resolver por la autoridad sanitaria, por lo cual se ha quedado sin operar de manera regular.
LA SUSPENSIÓN
El pasado mes de febrero la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó que la suspensión del laboratorio Psicofarma derivó de una visita de verificación sanitaria realizada en noviembre de 2022.
“Basados en los hallazgos durante su visita, existen elementos suficientes para determinar que Psicofarma S.A. de C.V. no cumple con los criterios de calidad suficientes y apegados a estándares nacionales e internacionales, lo que constituye un alto riesgo para la salud de la población”, describió la Cofepris en una carta de hallazgos.
La empresa, dedicada a la elaboración de medicamentos para la salud mental, es también una de las principales proveedoras de fármacos controlados por el gobierno federal, así como la principal distribuidora de metadona en el sector privado.
La Cofepris determinó la suspensión parcial de actividades de Psicofarma y aseguró tanto insumos como medicamentos en tanto la empresa no solvente las irregularidades documentadas.
