Laura Bueno Medina
Tijuana.- “Prefiero morirme de un balazo a morir de hambre”, dijo el señor Miguel Mendoza Álvarez, quien, con 66 años de edad, asegura que tiene que pedir limosna para sobrevivir, porque ya en ningún lugar le quieren dar trabajo. Esto, mientras encabezaba una manifestación de intervención en la caseta de peaje de Playas de Tijuana.
Mencionó que ya no hay oportunidades para personas de su edad, lo que los pone en una condición vulnerable y sin los apoyos prometidos por las autoridades.
Dijo sentirse desesperanzado por los anuncios realizados en recientes días sobre la ampliación de la edad para que una persona pueda ser pensionada, incrementando hasta los 68 años de edad; de ser así, dijo, no sabe cómo va a sobrevivir.
Don Miguel trabajó desde muy joven en el campo, en su ciudad natal, en el estado de Michoacán; tiene 50 años viviendo en Tijuana, ha hecho trabajos diversos, y ahora, con más de 65 años, no tiene una pensión para llevar siquiera una vida modesta.
El señor Migue acompañado por otras personas, llegaron a la caseta de peaje de playas de Tijuana para “liberarla” como forma de reclamo al gobierno federal por el abandono en el que, aseguran, tienen a la población adulta mayor.
Los manifestantes pidieron el apoyo voluntario de la población que pasaba por las casetas debido a que, dijeron, son personas de la tercera edad a las que ya no les quieren dar empleo, y tienen que pedir limosna para sobrevivir.
Mantuvieron desde las 10:00 horas dos puertas en sentido sur, y dos en sentido norte, "liberadas" del cobro de peaje al público en general.
En el lugar, solo había presencia de la tres elementos de la agencia de seguridad privada que resguarda las instalaciones federales, y algunas unidades de la policía federal que se acercaron al lugar, pero no intervinieron en el hecho ni dialogaron con los manifestantes durante el tiempo que reporteros de este medio estuvieron en el lugar.
Prefiero morirme de un balazo a morir de hambre
Miguel Mendoza, adulto mayor