Tijuana.- La estrategia de combate al Covid-19 en Baja California se enfrentó en su primer mes al escepticismo de la población, que tardó en acatar la medida de quedarse en casa, por lo que se les pudo ver en playas y comercios, tomando en cuenta que la primera semana los casos no superaron las 20 personas contagiadas.

En la segunda semana, el llamado de la autoridad sanitaria se endureció, debido al incremento de casos sospechosos en pacientes jóvenes, desde bebés hasta trabajadores, al término de esa semana se anunció la primera defunción, cambiando la dinámica entre la población.

Para la tercera semana, el virus empezó a duplicar los casos cada día en trabajadores, por lo que la Secretaría del Trabajo emprendió la tarea de notificar y clausurar los centros de trabajo no esenciales. La semana empezó con 52 casos y concluyó con 160 confirmados por Covid-19, con Tijuana a la cabeza, pero prácticamente presente en todos los municipios, además de acumular 12 defunciones.

La cuarta y más reciente semana demostró las consecuencias de no seguir las medidas de contención, 14 días antes, abriendo la semana con 240 confirmados acumulados, esto en su mayoría por la acumulación de pruebas que el IMSS realizó durante tres semanas. Se hizo evidente la creciente preocupación por la falta de equipos de protección de parte del personal médico y de ventiladores para pacientes graves de elevarse el número de casos Covid-19 confirmados.

Las defunciones incrementaron por decenas cada día, de 30 a 50 a 65 y 72 para final de la semana, y los casos confirmados a más de 557, dejando al descubierto la desesperación del personal médico, que pidió auxilio a través de personalidades y la desunión entre la Secretaría de Salud de Baja California y la delegación del IMSS, tiene el mismo número de pacientes, pero con distintas capacidades en equipo médico, principalmente.

Se desata la “guerra” mediática entre los dichos del gobernador Jaime Bonilla Valdez, por la desatención del IMSS; la desobediencia de las empresas a la suspensión de actividades y la información incompleta del gobierno federal que pone a Baja California como punto rojo por no cumplir las medidas de “sana distancia”.