Daniel Ángel Rubio
TIjuana.- El hombre humilde, de edad avanzada, llegó después del mediodía con un paso complicado y se paró en la sala de espera del Departamento de Control Animal. “Los agarré, los traje pa’cá a ver ¿qué se hace?”, dijo con voz ronca. Eran cinco gatos que alguien dejó en su casa porque no los quería.
Para el personal es algo común, dicen que cada mes registran entre 130 y 150 “Entregas voluntarias”; animales que por diversas causas sus dueños simplemente ya no quieren
.
Miguel Enciso, el Jefe del Departamento de Control Animal, comenta que las personas tienen dos opciones: ponerlos en adopción, o que sean sacrificados.
“Uno le pregunta, ¿quiere dejarlo en adopción? Se hace la pregunta porque el propietario es el que tiene la palabra”, explica.
Mientras camina entre las jaulas de perros capturados recientemente, los que ya están listos para adopción y hasta los que están en líos por morder a alguien en la calle, la jefa de cirujanos Rebeca Serrano comenta que siempre buscan que el dueño descarte el sacrificio.
El perro cansado que alguien abandona puede ser el acompañante perfecto para una persona de la tercera edad, porque “para cada roto tienes un descosido”, afirma.
Iván Márquez, representante legal de Pro vida animal Tijuana, cuenta que aunque todavía hay pendientes en la protección de animales, es un logro que activistas tengan un espacio en la dependencia municipal.
“La transformación que tuvo sí fue la que se había prometido. Ahorita se redujeron los sacrificios, se está estimulando más lo que es la adopción”, comenta.
Miguel Enciso estima que antes había de 80 a 90 sacrificios mensuales, mientras que hoy son entre 50 y 60, incluyendo los perros que sus dueños entregan y los que no fueron reclamados tras 72 horas de su captura.
La adopción es promovida en internet y redes sociales por el gobierno de la ciudad, una regidora y la asociación Rescue me, que en enero declaró que han logrado más de mil adopciones de perros y gatos en alrededor de un año.
El área de rehabilitación, no muy lejos de las jaulas y del nuevo quirófano, se convierte en el estudio donde los animales son videograbados y fotografiados para mostrar su personalidad en la red.
“La gente a veces llega al día siguiente. Oiga, quiero éste. No pues ése ya se fue. No aguantamos a nadie, no podemos hacer eso”, dice el Jefe de Control Animal sobre las 72 horas de plazo.
También asegura que no recogen a ningún perro que esté en el patio de una vivienda, o que no haya sido denunciado por un ciudadano, como ocurre entre 150 y 200 veces al mes.
De cualquier forma en las comunidades no caen bien los capturadores, al grado de ser agredidos, y algo similar pasa cuando el dueño se presenta para recuperar a su mascota previo pago de una multa de más de 400 pesos.
“La gente se nos echa encima aquí”, comenta el médico veterinario que lejos de las malas experiencias con la población, que a veces simplemente deja cadáveres o animales atados en la cerca, habla de los cambios en las instalaciones.
Ubicadas sobre el bulevar Insurgentes antes de entrar a la populosa colonia El Florido, platica que hoy tienen un refrigerador para los restos de los animales anestesiados hasta la muerte allí mismo, y para los que lleva la población, pagando o no por el servicio.
La compra de un incinerador ya fue discutida entre regidores, pero un millón de pesos al año para comprar gas dejó como opción seguir enviando los restos al relleno sanitario en el este de la ciudad.
“Se supone que hay una fosa, los echan no con la basura. Eso se lo dejamos a los de la basura porque no sabemos. No hay otra opción, hay incineradores particulares”, dice el Jefe de Control Animal.
Otra novedad son los gatos que no hace mucho tienen un espacio adecuado gracias al apoyo ciudadano para atender entregas como la que hizo el hombre mayor.
“Los donativos nos han ayudado mucho, estamos conscientes y agradecidos de mucha gente que viene y dona su tiempo. Dinero no aceptamos, pero sí donativos en especie”, comenta Miguel Enciso.
El representante legal de Pro vida animal Tijuana, Iván Márquez, dice que entre las cosas que faltan está el combate a la venta ilegal de animales, y una mayor atención a las denuncias de maltrato animal.
“Están dispuestos y escuchan, sí. Pero a la hora de hacer la comparativa en cuanto a la gravedad del delito, los que llegan por asesinato, secuestro, robo, muchas veces lo consideran no tan importante, aunque debería ser”, menciona.
¿Será realmente que el desarrollo de una civilización se mide por el trato a sus animales?