Juan Miguel Hernández
Tijuana.- Por primera vez en 25 años, la Patrulla Fronteriza no permitió que la Posada sin Fronteras se realizará de lado americano.
Según el director de la Casa del Migrante, Pat Murphy, activistas de ambos lados de la frontera solicitaron con tiempo de antelación los permisos correspondientes para desarrollar el evento, que año con año reúne en el parque de la Amistad a un centenar de personas que recuerdan a los migrantes fallecidos en su búsqueda de alcanzar mejores condiciones de vida.
“Estoy muy triste, enojado, que mi gobierno (Estados Unidos) no permita las personas rezar. Pedimos con demasiado tiempo de antelación la autorización, y, hasta el día de ayer (sábado), nos habían dado permiso para llevar a cabo el evento”, comentó.
La falta de autorización por parte de la Patrulla Fronteriza impidió que al menos 400 personas no pudieran acercarse al muro que divide México y Estados Unidos y se mantuvieran a casi 200 metros de los límites entre ambos países.
Pese a las restricciones del Gobierno Norteamericano, esto no fue impedimento para que la Posada Sin Fronteras se desarrollara de manera habitual en el parque de la Amistad de Playas de Tijuana, donde se congregaron activistas, migrantes y líderes religiosos.
En la primera parte del programa, por medio de un pase de lista recordaron a los migrantes que fallecieron el último año durante su travesía hacia los Estados Unidos.
La bendición de la ceremonia corrió a cargo del arzobispo metropolitano, Francisco Moreno Barrón, quien resaltó la generosidad de Tijuana para acoger a miles de migrantes, que año con año llegan a esta frontera en búsqueda de una mejor vida.
“Hemos sido testigos de muchos hermanos migrantes que han pasado a estas tierras de Estados Unidos y de muchos otros que se han quedado a vivir entre nosotros. Somos un pueblo con identidad migrante. El 85% de los que habitamos estas tierras somos migrantes”, expresó el líder católico.
Uno de los momentos más emotivos de la posada fue cuando en ambos lados de la frontera, y pese a las restricciones de la Patrulla Fronteriza, se realizó el tradicional canto para pedir posada dedicado a conmemorar el peregrinar de José y María por los rumbos de Belén.