Juan Antonio Arriaga Jiménez lleva más de 25 años atendiendo en la línea Internacional un puesto en el que vende tortas, hamburguesas y hot dogs.
Es ya la segunda generación que atiende ese negocio que ha servido para brindar educación, un hogar y alimento a sus familiares.
Las últimas semanas las recuerda como las peores en un cuarto de siglo. Nunca, ni en los atentados de las “Torres gemelas”, había padecido una caída en las ventas de hasta 90%.
La razón: el reciente boicot promovido en redes sociales contra comerciantes en la garita internacional, que se añadió a un año complejo derivado de la pandemia de Covid-19.
“Esto es lo más fuerte que hemos mirado”, dice el comerciante.
LA LÍNEA, UN PUNTO DE ENCUENTRO
El límite internacional con Estados Unidos es uno de los iconos más representativos de esta ciudad, y el crecimiento de Tijuana no se puede entender sin esa vecindad.
A partir de esta ventaja geográfica, un sin número de negocios y vendedores se fueron estableciendo a lo largo de los años en el perímetro cercano al cruce transfronterizo.
El presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Gabriel Rivera, cuenta que el establecimiento de las garitas data de finales del siglo XIX, pero fue hasta el siglo XX cuando empezó el auge en ambos lados de la frontera.
“A partir de entonces, Tijuana se convirtió en un espacio fronterizo, situación que vendría a ser, con el paso del tiempo, un parteaguas de la historia de la actual ciudad de Tijuana”, dice el historiador.
UN ESPACIO DE CONFLICTOS
El altercado de hace un par de semanas en el que un grupo de vendedores agredió a un automovilista cuando llegó huyendo de la Policía, es solo uno de serie de antecedentes de conflicto en ese punto estratégico para ambos países.
Hay que remontarse a julio de 2017, cuando ciudadanos y conductores documentaron en videos e imágenes que compartieron en redes sociales, cómo integrantes del gremio de “Taxis amarillos” agredían a ciudadanos que pretendían contratar el servicio de transportación de Uber, y a los mismos choferes, al grado de que una de las víctimas resultó hospitalizada.
Ese incidente fue solo la gota que derramó el vaso luego de varias agresiones en contra de choferes de la plataforma de transporte privado, y desencadenó en ajustes a los permisos para que más organizaciones transportistas prestaran el servicio en esa zona federal.
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NO HAY QUIEN PONGA ORDEN
Juan Antonio Arriaga Jiménez es también dirigente de la Unión de Vendedores de Tijuana, asociación desde donde se organizan comerciantes de la garita.
Según el comerciante, ni ellos, ni la gente que es usuaria del puerto internacional, podrá poner orden en la zona, tan solo las autoridades.
“Hay operativos en la zona de reglamentos, Policía Municipal, Guardia Nacional y ya está en orden, con la vigilancia. Era necesario, ellos son los que deben tomar las riendas, decir quién trae permiso y quién no trae”, comenta.
Sin descontar, destaca, los intentos de cruces sin documentos de algunos integrantes del campamento de migrantes instalado desde febrero en el otro extremo, la garita El Chaparral.
“Ahorita hay mucho centroamericano que se está metiendo a la fila y ahí hay mucho desastre”, apuntó.
De acuerdo con Arriaga Jiménez, cada vendedor paga al municipio anualmente entre tres mil y tres mil 500 pesos para obtener un permiso y trabajar en el puerto internacional, pero no todos lo hacen con autorización.
“Se meten a la fila a vender y trabajar, la autoridad detecta quién está legal o no, pero se entran y salen, sin que nadie les diga nada”, manifestó.
LA MOVILIDAD EN LA LÍNEA
Jesús López, secretario general del Sindicato Transportista de Tijuana, tiene igual casi 30 años trabajando en la línea Internacional, pero él lo hace como taxista.
Tras las agresiones en contra de los choferes Uber, hace cuatro años, el dirigente transportista afirma que los choferes y la clientela toma el servicio que un momento dado prefiera. Aunque dice que también hay “derecho de antigüedad”.
“Lo que pasa no es que se adueñan, el sindicato donde nosotros trabajamos tiene más de 100 años; obviamente va adquiriendo puestos de trabajo más importante. Varios van llegando por primera vez y se para mucha gente nueva, cuando aquí ya había sitios del sindicato. Es como cualquier competencia que nace”, agrega.
El gremio transportista ha sido uno de los más señalados por actos intimidatorios o por acusaciones de mala calidad en el servicio, pero en los años recientes, aseguran, esto se ha revertido.
“A veces el celo profesional cuando te vas dando cuenta que el servicio es igual o de peor calidad que el tuyo, porque en ocasiones ya ves un Uber y todo chocado, sin copas, peor que un taxi, como mucha gente criticaba. Te das cuenta que es un servicio más, si tú vas mejorando en tu calidad de servicio, como persona vas subiendo de nivel, porque hay más aceptación por parte de la gente”, aseveró.
ATIENDEN LOS TRES NIVELES DE GOBIERNO
En las semanas recientes el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal de Tijuana, Pedro Cruz Camarena, ha dedicado parte de sus declaraciones públicas a explicar qué hace la autoridad municipal para atender los problemas que han surgido en el puerto internacional.
La primera “bomba” que le explotó a la autoridad municipal fue la pedrada de un “gaviotón” a unos automovilistas que buscaban cruzar a Estados Unidos, registrada a mediados del mes pasado.
Acto seguido, admitía que es complicado dotar de agentes suficientes a las zonas aledañas a la garita, dado el déficit de mil 500 policías con los que cuenta la Secretaría de Seguridad, aunque adelantaba que se contaba con drones y cámaras de vigilancia en el área.
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Respecto a los “gaviotones”, decía aquel entonces que estos serían detenidos y llevados al juez municipal que determinara la sanción a la que será objeto por cometer esta actividad tan común en las garitas.
“No es un cártel, es una bola de delincuentes, sin ningún adjetivo porque no lo merecen. Son personas que delinquen y que vamos a ir tras ellas. Los que están amenazando generan miedo en las personas”, manifestaba.
Pero no todo acabó ahí, pues luego del boicot promovido por usuarios de la garita internacional, volvió a crecer el descontento ciudadano, que reclamaba mejores condiciones en los límites entre México y Estados Unidos.
Apenas esta semana, el funcionario municipal volvió a llamar a la tranquilidad, anunciando medidas y resultados para atender lo denunciado.
“El que haya llegado la Guardia Nacional en Tijuana es una ventaja (...) el operativo que se realizó fue combinado con Reglamentos y el Instituto de Migración, y hubo buenos resultados, es una zona federal que tenía muy poca presencia de autoridad. Encontramos un lugar con residuos de droga, hacía mucho que no había un operativo directo con canes. Hubo tres detenidos más, en total van ocho”, señalaba.
“Tendremos una presencia más inteligente, incluso volaremos drones en la noche. Tuvimos junta con el secretario de Gobierno y se harán acciones específicas de reglamentos”, añadía.
Es una realidad que desde hace semanas, luego de los hechos mediáticos registrados, hay más presencia policial en la zona.
La vigilancia inicia desde las áreas aledañas, en donde patrullas municipales realizan rondines para evitar la operación de los “gaviotones”.
Ya cerca de los puertos de entrada, la Guardia Nacional mantiene un par de unidades para supervisar el espacio. Alrededor, el movimiento de vendedores y viajeros parece llevarse con normalidad.
Pero a la actual administración municipal le quedan apenas unos meses, así que los encargados de la seguridad se irán y vendrán otros nuevos.
Esto lo tienen muy claro quienes viven trabajando en la zona, porque lo han aprendido con tantos años laborando en este lugar.
“Como es un movimiento muy constante de directores, presidentes municipales, secretarios, no todos traen el mismo enfoque y a veces se pierde la línea en ese sentido. Estamos a favor de que se castigue a quien se está portando mal, quien la hace que la pague. No todas las familias pueden pagar por algunos, todos tienen el derecho de llevar el sustento a su familia”, remarcó el secretario general del Sindicato Transportista de Tijuana.