Tijuana.- Fernando Flores reside desde hace más de 10 años en una vivienda ubicada en la calle Vía Juventud Oriente, a escasos metros de la barda fronteriza que divide México y Estados Unidos.
Sin embargo, en pocos meses tendría que desalojar su hogar, pues justo en donde actualmente vive, será levantada una de las obras emblemáticas de la actual administración estatal: el Viaducto de Tijuana.
El proyecto fue presentado por el gobierno del estado apenas el 2 de abril pasado, justo un día antes del inicio de las campañas a la gubernatura, y anunció que habrá una inversión privada de cinco mil 500 millones de pesos.
A más de un mes de esa fecha, Fernando continúa sin saber cuándo, cómo y a dónde se irá, para qué el que ahora es su hogar, sea demolido y dé paso a la obra que se presumió como la más importante en los últimos 40 años.
“Ya tiene rato que dijeron que iban a venir, pero no han hablado con nadie. La gente no sabe todavía. No han dicho cuándo. A ver qué pasa, no sé si nos vayan a reubicar o nos vayan a dar un terreno”, comentó el hombre.
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¿HACÍA DÓNDE VA TIJUANA?
Tijuana es ya el municipio más poblado del país, con un millón 922 mil 523 habitantes, y el último Plan Estratégico Metropolitano (PEM), con miras al 2034, fue presentado por el ayuntamiento de Tijuana, en el trienio de Carlos Bustamante Anchondo (2010-2013).
En aquel entonces la autoridad municipal anticipaba los temas críticos que vendrían para la ciudad en materia urbana, como un transporte público ineficiente, altas tasas de expansión y una imagen urbana deteriorada.
Hace casi 10 años el PEM planteaba proyectos y obras tales como el Zócalo 11 de julio; Ciudad Natura y el Sistema Integral de Transporte (SITT).
Aunque estos iniciaron su ejecución, algunos como el SITT, llevan una década semiparalizados luego de cuatro presidencias municipales: Jorge Astiazarán, Juan Manuel Gastélum, Arturo González Cruz y Karla Ruiz Macfarland.
Otros como el Parque Metropolitano o Sistema Metropolitano de Ciclovías, no están ni siquiera en la agenda de los tres niveles de gobierno.
En cambio los dos proyectos emblemáticos de la actual administración estatal como el Viaducto Tijuana o el Tren Interurbano de Tijuana, no figuraban ni siquiera en las prioridades de esta frontera, rumbo a 2034.
¿CUÁLES SON LAS PRIORIDADES?
Jesús Octavio Rincón Vargas, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción Delegación Tijuana (CMIC), se mostró más realista al momento de desglosar cuáles serían las obras emblemáticas durante la próxima década, enfocándose principalmente en atender la falta de mantenimiento y rezago de las vialidades que ya existen.
El especialista puso especial énfasis en el bulevar 2000, vialidad inaugurada en 2006 por el entonces presidente de México, Vicente Fox Quezada, que a 15 años de distancia, sigue con serios problemas de infraestructura y que tan solo para rehabilitarlo, requiere más de 800 millones de pesos.
“Ese bulevar necesita rehabilitarse, terminar el carril central. Hacer obras de contención, iluminación, algunos puentes peatonales. Es prioridad rehabilitar ese bulevar, porque le da mucha vida a esa zona de Tijuana”, comentó.
Otro punto neurálgico a atender de acuerdo con el dirigente de la CMIC, es el Bulevar Sánchez Taboada, en el área de Santa Fe, zona afectada por el intenso congestionamiento vial que diariamente padecen los residentes por falta de más accesos.
Además, según estimaciones de la CMIC, sería necesario la inversión de cinco mil millones de pesos para rehabilitar y construir 80 kilómetros de vialidades en Tijuana.
“La mayoría del gobierno siempre hace un plan estatal o plan municipal, desgraciadamente una vez que cambian, el nuevo gobernante viene con una visión diferente y ya no le da seguimiento a los planes establecidos. Sus prioridades son otras, no se le da seguimiento y se vuelve a comenzar prácticamente de cero. No es un problema de los técnicos, es más bien político, de una visión diferente de cada alcalde, gobernador, que llegue”, expuso.
Debido al reducido presupuesto con el que cuentan los gobiernos para invertir en obra pública, Rincón Vargas no minimizó el hecho de que proyectos como el Viaducto y el Tren Interurbano vayan a ser financiados 100% con capital privado.
“Tijuana tiene mucho rezago y necesidades, decir que no son necesarias sería una visión equivocada. A lo mejor hay otras prioridades, eso sí, de que son necesarias y se ocupan, sí se ocupan. Son obras que se van a hacer con recursos de las empresas y ahí no hay ningún problema, las empresas particulares construyen las obras y recobran su dinero mediante el peaje, entonces adelante y estamos de acuerdo, por supuesto que ayudan y aportan a la movilidad”, manifestó.
¿Y DÓNDE ESTÁN LAS OBRAS EMBLEMÁTICAS DE GOBIERNOS ANTERIORES?
¿Recuerda el Centro Interactivo Ámbar? Sí, el que fue construido en la tercera etapa del Río Tijuana y que tiene aproximadamente tres mil 400 metros cuadrados de construcción, en un predio de 10 mil 800 metros cuadrados, con estacionamiento, plaza de acceso y jardines.
Fue inaugurado por el exgobernador Francisco Vega de Lamadrid en septiembre de 2016, con un presupuesto para su construcción en su etapa inicial de 135 millones de pesos, de acuerdo con lo expuesto por el entonces secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano del estado, Manuel Guevara Morales.
El 16 de octubre del 2019, dos semanas antes de concluir su gestión como mandatario, Vega de Lamadrid también inauguró el Centro de Justicia para Mujeres de Baja California, ubicado en Camino Verde. En el evento inaugural se habló de un presupuesto de 34.5 millones de pesos para su edificación.
Este proyecto ha sido abandonado por la actual administración, apenas la candidata a la gubernatura por la coalición Juntos Haremos Historia, Marina del Pilar Ávila Olmeda, contempló el relanzamiento del espacio que hoy no está operando al 100%.
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MÁS OBRAS PARA TIJUANA
Dentro del reto por Tijuana de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, que contempla los 80 kilómetros y cinco mil millones de pesos, dijo, está un proyecto que empresas de la CMIC elaboraron y que tiene que ver con la regeneración del bulevar 2000, el cual ayudaría a desahogar las zonas más conflictivas.
“No todo es esperar dinero de la federación, hay muchas maneras como las Asociaciones Público Privadas, la plusvalía, gestoría, dinero propio de municipios, dinero del estado, el objetivo es empezar a abatir ese reto que identifica CMIC”, destacó el dirigente del organismo.
Precisamente para el Corredor Tijuana-Rosarito, la CMIC cuenta con un proyecto de Asociación Público Privadas, que permitiría a empresas privadas invertir en la vialidad y al cabo de unos años recuperar su inversión.
Otras obras que forman parte del reto, detalló, son la construcción del bulevar Sánchez Taboada, el bulevar Acapulco, las obras para la Garita Otay II, plantas de tratamiento de aguas negras, la desaladora en Rosarito.
Este último proyecto en Rosarito, fue totalmente abandonado por la actual administración estatal, que no le dio seguimiento a los planes iniciados por el gobierno de Francisco Vega, ni planteó una solución en el mediano y largo plazo.