Uriel Saucedo
Tijuana.- Entre consignas como “No los queremos”, “Llévenselos” y “Fuera, Fuera”, vecinos de la colonia de Playas de Tijuana acudieron la noche de ayer miércoles al lugar conocido como El Faro, en donde se encontraban integrantes de la caravana migrante, quienes, según la versión de testigos, fueron agredidos físicamente con la intención de que se retiraran del lugar.
Elementos de la policía municipal acudieron para intentar poner orden en el lugar; sin embargo, los colonos indicaron que no se retirarían del lugar hasta ver que se llevaran a todos los migrantes, que desde la tarde del martes se quedaron cerca de la barda fronteriza con la intención de cruzar a Estados Unidos.
Horas antes de este altercado, un centenar de vecinos se reunieron a las afueras de la parroquia Santa María Estrella del Mar para realizar una marcha hacia la delegación de Playas de Tijuana para solicitar a las autoridades que les brindara una explicación sobre la casa en donde viven poco más de 70 migrantes pertenecientes al colectivo LGBTTTIQ, pues consideran que no es apta para ser un albergue.
Luego de la marcha, decidieron ir personalmente a enfrentar a los migrantes que se encontraban instalados cerca del faro sobre el malecón de la playa.
En el lugar, también se observó la presencia de camiones que iniciaron el traslado de los migrantes que aceptaron retirarse al albergue el cual, horas antes, había sido acondicionado por el ayuntamiento en la Zona Norte de Tijuana. Pero al menos la mitad de ellos decidió permanecer cerca del muro fronterizo.
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Ahí estuvo presente el activista Irineo Mújica, director de Pueblo Sin Fronteras, quien calificó al albergue de la Zona Norte como una “cárcel”, por lo que se tomó la decisión de no aceptar el apoyo y mejor dormir en las calles. Según explicó, la atención que se pretende dar es indigna hacia los migrantes.
Detalló que no se quedarán en Playas de Tijuana porque no es el lugar más adecuado para toda la caravana, por lo que estarán buscando otras opciones en donde puedan permanecer.
Irineo Mújica, director de Pueblo Sin Fronteras, rechazó aceptar el quedarse en el albergue otorgado por el municipio por considerarlo una cárcel.