Tijuana.- La violencia generada por el crimen organizado en el sur del país sigue obligando a sus habitantes a dejar todo lo que tienen para tratar de salvar su vida y la de su familia pidiendo asilo en Estados Unidos.
Miguel Ángel, originario de Tierra Caliente, Guerrero, dijo que ya no puede vivir en su estado, y se fue a Michoacán pero encontró el mismo problema.
"Donde vaya uno a buscar la fuente de empleo es lo mismo. Es el crimen el que orilla a emigrar a otro país", comentó junto a David, otro mexicano que huye con su familia de la violencia en el mismo estado.
Ambos afirman que las autoridades mexicanas sencillamente no pueden detener este problema porque colaboran con los delincuentes o porque tienen miedo de hacerlo.
"No hay gobierno. Vienen y se van de volada. No sé por qué. (...) Vienen de entrada por salida y más caliente se pone la cosa", aseguró David que recién llegó a Tijuana y ahora espera ingresar a Estados Unidos.
"Ya el crimen tiene más fuerza, más poder que el mismo gobierno mexicano (...) Llegó el nuevo gobierno y no hay un cambio. Es lo mismo. Desde hace cinco, seis años, es lo mismo", añadió Miguel Ángel.
Él trabajaba en el sector del transporte y tenía que "pagar piso" a los delincuentes, igual que se ven obligados a hacerlo campesinos y ganaderos, tal como cuenta David.
Explica que los narcotraficantes le estuvieron cobrando 150 pesos mensuales por cada cabeza de ganado, y ahora querían obligarlo a pagar mil 500 pesos por vivir en su propia casa.
"No les quisimos dar y ya nos amenazaron de muerte, por eso mejor nos salimos (...) Ya teníamos tiempo queriendo", agregó.
Miguel Ángel en cambio contó que decidió dejar todo cuando la mafia quiso obligarlo a delinquir con ellos para enfrentarse a grupos antagónicos.
"No te pagan, ya te traen a la fuerza (Te dicen:) 'Si no trabajas con nosotros te vamos a matar a tu familia, si no entras te vamos a matar'. Y así, puras amenazas", mencionó.