Hoy tiene México una cita con las urnas. Nos enfrentamos al proceso electoral de mayor magnitud de nuestra historia contemporánea. Se espera de la ciudadanía una copiosa votación, ordenada y en paz, porque sólo así se podrán elegir autoridades y legisladores con legitimidad.
La democracia participativa es la única manera que existe para que el país continúe su marcha, de acuerdo al mandato de las mayorías. La contienda política que hoy acaba, nos confirmó que somos un país con mucha vitalidad, plural y heterogéneo que, pese a minorías violentas, desea vivir en paz.
Así habremos de mantenernos cuando ya tengamos avances sólidos de los resultados en todos los niveles de gobierno electos, porque la unidad nacional está por encima de cualquier encono o diferencia política.
Confiamos en las instituciones que con mucho esfuerzo hemos construido los mexicanos a lo largo de los años para procurarnos procesos electorales limpios, y sabemos que existen los canales adecuados para dirimir cualquier diferencia, por irreconciliable que parezca.
México no se detiene. Mañana todos deberemos seguir nuestros trabajos y estudios, siempre confiados en que fuimos los ciudadanos los que hablamos en las urnas y que tenemos las autoridades que las mayorías han electo.