Voto duro no define elección presidencial

Los ciudadanos han perdido el miedo a votar por un candidato y no por la institución que los respalda

  · miércoles 16 de mayo de 2018

Laura Bueno Medina

Tijuana.- De acuerdo con el maestro Alfredo Estrada Caravantes, director de la Escuela de Derecho de CETYS Universidad, campus Tijuana, en el próximo proceso del 1 de julio no será el voto duro el que defina la elección presidencial; esto, como resultado de que los ciudadanos han perdido el miedo a votar por un candidato y no por la institución que los respalda.

“Hablar de voto duro es referirnos a la cantidad de personas que siempre votan por un mismo partido en todas las elecciones. En nuestro país el más amplio lo han ganado los dos partidos con mayor historia y eso es lo que los ha hecho más competitivos; sin embargo, para estas elecciones, ese no será el caso”, puntualizó el experto en Derecho.

En este sentido, destacó que en una considerable proporción, el voto duro ha venido disminuyendo y ha abierto paso a actores llamados como “switchers”, un término nacido en el derecho electoral estadounidense y que refiere a electores que toman como principal referencia su perspectiva respecto al candidato dejando en un segundo plano el tema del partido o coalición a la que pertenecen.

“Poco a poco la gente le ha perdido el miedo a votar por un candidato. Estas elecciones serán definidas por los llamados ‘switchers’. Seguramente el PRI y el PAN contarán con el respaldo de su voto duro; sin embargo, este actualmente oscila entre un 15% o menos, y una elección a la presidencia no se puede ganar con esa estadística”, refirió el maestro Estrada.

En relación con el voto joven destacó que históricamente el segmento que va de los 18 a los 29 años de edad es el que menos vota, principalmente por la dificultad para concientizarlos y convencerlos de la relevancia que tiene ejercer su derecho ciudadano. Sin embargo, para el académico de CETYS Universidad no todo está dicho, pues es ese sector de la población el que, en anteriores ocasiones, ha demostrado que el cambio está en ellos.

“Ha sido en los momentos donde se tiene la sensación de que pueda darse un cambio que el porcentaje de participación de los jóvenes se eleva; dos grandes casos se dieron en las elecciones a la gubernatura de Baja California en 1989, y en el proceso del 2000 para elecciones presidenciales, dándose en ambos casos la alternancia política que tanto se buscó en aquél entonces”, puntualizó.