Tijuana.- Desde las 6:30 de la mañana los reclutadores de las fábricas en la zona industrial de Otay reciben a las personas que buscan empleo. Sin embargo, desde hace tiempo persiste un déficit de trabajadores que el sector maquilador no ha logrado cubrir.
Gemma Durán Ramírez y Jocelyn Hernández García son reclutadoras de personal y cuentan que reciben entre 50 a 80 personas en busca de empleo diariamente, pero el número de personas que terminan laborando es mínimo.
“La gente se acostumbró a lo fácil, anteriormente los trabajos no tenían transporte ni comedor, la gente batallaba para llegar a su trabajo, pero les interesaba su empleo. Actualmente la gente está acostumbrada a que las empresas sean accesibles y brinden muchos beneficios como transporte, comedor, bonos y muchas otras cosas”, comentó Durán Ramírez.
La reclutadora también mencionó que los trabajadores se han acostumbrado a cambiar constantemente de empresa en la cual laboran y han escuchado que algunos de ellos atribuyen a las condiciones laborales eso que las empresas llaman “rotación de personal”.
“También señalan a los jefes de línea, y las prestaciones. A veces son cosas mínimas que anteriormente las fábricas no manejaban, solo eran las ganas de trabajar y ahí se quedaban”, agregó Gemma.
¿Las condiciones laborales han determinado la falta de trabajadores en el sector industrial?
Armando Padilla Fitch, presidente de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO), explicó que actualmente hay alrededor de 18 mil plazas disponibles en el sector industrial de Tijuana.
Y no descarta que las actividades monótonas y repetitivas dentro de las naves industriales, con jornadas de ocho a 12 horas con el desgaste mental y físico que esto representa para los trabajadores, puedan ser razones detrás de la rotación de personal que hoy enfrenta la industria local.
“Sí, un trabajo repetitivo es muy cansado. Por lo general las empresas ya tienen detectados esos trabajos y hacen un enriquecimiento de trabajo o una rotación parcial, precisamente para evitar ese tipo de situaciones, las empresas están muy al pendiente de esas situaciones”, afirmó.
El presidente de la AIMO mencionó que no conoce ningún caso en particular sobre algún empleado que haya manifestado inconformidad laboral provocado por la condición en la que debe trabajar dentro de la empresa, sin embargo, no lo descarta.
“No dudo que cuando las empresas no se dan cuenta de que el trabajo es repetitivo y los trabajadores se aburren de estar haciendo lo mismo todo el día y eso está pasando, la gente busca otra empresa”, confirmó.
Padilla Fitch explicó qué acciones deben tomar las empresas para evitar la fuga de personal que ha sido continuo en los últimos años en la región.
“Rotando a la gente de manera interna para evitar la rutina repetitiva. La otra forma es enriquecer el trabajo, esto quiere decir que no solamente hagan una parte parcial del proceso, sino que lleven al trabajador a la siguiente fase de manera que tengan un proceso mucho más amigable”, detalló.
Al igual que los comentarios que realizó la reclutadora Gemma Durán, Padilla Fitch coincidió en que los encargados o jefes de línea deben tener conciencia de las condiciones en las que trabajan los empleados.
“Eso depende de los supervisores y gerentes de producción, estar al pendiente de esas situaciones para remediarlas”, comentó.
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Respecto a las condiciones laborales con jefes de línea, Julio César Montes, trabajador proveniente de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, expresó que incluso ha sido víctima de racismo en su espacio laboral.
“Hay mucho racismo hacia la gente del sur, la gente local es muy racista, piensan que Chiapas es solo un pueblito donde hay carretas y puro campo. También hay industria y de todo un poco, conocemos de muchas cosas, no solo sabemos del campo”, manifestó.
Montes señaló que solamente ha experimentado racismo en su lugar de trabajo, pues la ciudad de Tijuana ha sido benévola con su persona.
“Nos quieren tratar como si fuéramos esclavos. No son los dueños ni los supervisores, sino los jefes de línea. Son muy déspotas, te tratan como si fueras el gato, a veces aguantamos por la necesidad de trabajar”, expresó.
Contó que ha trabajado durante dos años en la ciudad de Tijuana y en su último empleo duró siete meses. Lo dejó para regresar en diciembre a visitar a su esposa y tres hijos en su lugar de origen, pues sabía que al regresar no le sería complicado encontrar nuevamente un lugar para laborar.
Mayra Mezquita, presidenta de la Asociación de Recursos Humanos de la Industria en Tijuana, Asociación Civil (Arhitac), explicó que estas prácticas son recurrentes, y los trabajadores que llegan de otros estados regresan por un tiempo aproximado de dos a tres semanas a su lugar de origen para visitar a sus familiares.
“Las personas vienen a veces por temporadas, regresan a su lugar de origen. Las vacaciones tienen una duración de una semana, pero los trabajadores quieren irse de dos a cuatro semanas. Cuando regresan saben que habrá otra empresa buscando empleados”, explicó.
Mezquita señaló esta como una de las principales razones de la rotación que enfrenta el sector industrial. También mencionó que otra situación constante es que los trabajadores no han encontrado una organización en la que se sientan cómodos o que estén desempeñando alguna actividad que prefieran.
Y siguen buscando opciones para cubrir las miles de plazas de trabajo que están disponibles.
“Hemos tratado nosotros de incursionar. Es la de incorporar a la gente que está migrando y está interesada en quedarse en Tijuana y en integrarse al sector. Hay gente que sí se interesa. Hay gente que mira a Tijuana, que ve a la ciudad de paso y no está interesada en adquirir un empleo, y se le hace más fácil ingresar al sector comercio, para poder moverse”, explicó.
Sin embargo, la presidenta de Arhitac señaló que la industria no puede depender de la migración continua que caracteriza a la ciudad de Tijuana, por lo que debe trabajar en la automatización de procesos en beneficio también de los trabajadores.
“Al colaborador le hace su trabajo menos pesado, más sencillo y más rápido. A la industria le permite que no requiera tanta mano de obra o tanto personal, ni tanto recurso humano, y pueda aumentar la capacidad de su producción. Esto no significa que vamos a despedir gente, significa que vamos a optimizar el recurso que se tiene para incrementar la producción”, explicó.
Respecto a la automatización de procesos, el presidente de la AIMO añadió que poco a poco las empresas están tomando esta medida en los trabajos más pesados para las personas.
Sin embargo, pese a la automatización de algunas labores dentro de la industria, ve muy lejano que las máquinas puedan sustituir el trabajo de las personas.
“El tipo de trabajo que se hace aquí es muy cotizado y reconocido por las empresas internacionales. Por ejemplo el trabajo que se hace en las empresas médicas, las habilidades que tienen las mujeres y sus manos pequeñas para poder ensamblar son muy valoradas, eso nunca lo hará la máquina”, expresó.
Regresando a los procesos de reclutamiento y selección, Durán Ramírez también explicó que en algunas ocasiones las personas que solicitan empleo no cuentan con su documentación completa, principalmente con los papeles del Servicio de Administración Tributaria (SAT), así como documentos de escolaridad.
“Mucha gente no tiene la hoja actualizada, solamente traen su número de Registro Federal de Contribuyente (RFC). Hay mucha gente que viene solamente con el dinero del pasaje para ir y venir y tener que ir a dar una vuelta a otra parte que no está contemplada y hacer otro gasto porque tienen la necesidad de trabajar” es complicado, detalló.
Ante esta problemática constante, la presidenta de Arhitac mencionó que el SAT, hace aproximadamente cuatro semanas, brindó una capacitación a las empresas para que puedan otorgar estos documentos.
Para este año, los promotores de inversión esperan que la industria siga creciendo, aún conscientes de la falta de mano de obra.
Han apostado a la migración, a mejores prestaciones para mantener al personal y evitar la rotación constante y a la automatización de los trabajos más cansados para las personas, pero nada de esto ha logrado resolver el déficit.
Habrá que ver qué otras opciones le quedan a la industria, y si estas mejorarán o no las condiciones laborales de miles de personas.