Teresa ha decidido no ir a visitar a su mamá este 10 de mayo para no exponerla a un posible contagio de Covid-19, su madre, una mujer creyente, le ha dicho que Dios la está cuidando y ese es el mejor regalo que puede recibir, saber que su hija está bien.

En estos meses de resguardo domiciliario, Teresa ha visto a su madre solo en tres ocasiones, “de lejitos, fui a su casa, cuando todo esto empezó, a llevarle mandado para ella y mi papá, y hablar un poco de lo que sabíamos de la enfermedad, para que estuvieran tranquilos”.

Días después, Teresa volvió a la casa de sus padres, “a llevarles sus medicamentos, mi madre es diabética y mi padre tiene afecciones del corazón, entonces tienen que estar controlados, pero sobre todo a decirles que estaba bien, que no se preocupan y siguieran en casa”.

Sé que mi madre estará orgullosa de mí cuando todo esto termine y pueda volver a visitarla más seguido”, comentó Tere, que ha estado en rotación en uno de los hospitales Covid de la ciudad, expuesta al virus, “porque cumplí con mi deber como enfermera, ayudé a quien necesitaba y esas son las enseñanzas que nos ha dado a mí y a mis hermanos”.

Atendiendo a los pacientes, cuidándose y procurándoles una recuperación pronta a quienes están hospitalizados, es la mejor forma que considera Teresa, logra aportar algo positivo a esta situación, que en los siguientes años tal vez le pueda contar a sus futuros hijos.

“Hablo constantemente con ella, sobre todo los primeros días, cuando no sabíamos mucho, ella me hablaba para preguntarme cómo estaba, ahora está más tranquila, sabe que me estoy cuidando”, comentó.

Teresa, a pesar de no tener hijos aún, ve cómo sus compañeras y compañeros enfermeros, doctores, trabajadores sociales, todos los que laboran en el hospital, sufren con la angustia de llevar el virus a casa y contagiar a sus hijos o familiares mayores que viven con ellos.

“A quienes viven con sus padres, ellos los cuidan, y ahora en este tiempo es mayor el cuidado que deben tener, desde que salen de aquí del hospital, tratan de no llevar nada contaminado a sus casas”,

“Es agotador, sí, estar en una situación así, porque no solo es el trabajo diario, sino el estrés de la preocupación de contagiarse y contagiar a otros”, expresó Teresa.

La fuerza laboral de la Secretaría de Salud en Baja California, que se quedó al frente de los hospitales Covid, es de alrededor de mil trabajadores, desde directivos, médicos, personal de enfermería, trabajadores sociales, asistentes, camilleros, radiólogos, y todo el personal involucrado para que funcione un hospital, hasta los guardias de seguridad.

La Secretaria de Salud estima que poco más del 50% de la fuerza laboral es del sexo femenino, y en su mayoría son madres de familia, lo que representa un reconocimiento doble en la fecha festiva por el compromiso de servir a la población.

En apoyo a todos estos trabajadores incansables, la Secretaría de Salud, mediante su titular Alonso Óscar Pérez Rico, reitera el llamado a médicos y enfermeros, principalmente, a unirse a la “batalla” contra el Covid-19 en Baja California. La necesidad aún es latente, debido a la gran cantidad de pacientes que continúan llegando a las unidades hospitalarias y a las clínicas de fiebre.

“La contratación es inmediata, los y las necesitamos en los hospitales, sobre todo en Mexicali y Tijuana, porque son las ciudades con más densidad de población”, dijo el secretario de Salud.

Por último, reiteró el llamado que hizo el gobernador Jaime Bonilla Valdez de no visitar a las mamás en este 10 de mayo, no hacer fiestas o reuniones, sobre todo, quienes se saben en condiciones de riesgo de haber contraído el virus. “Habrá tiempo para celebrar después, ya que la epidemia haya pasado”.